lunes, 20 de marzo de 2023

Capítulo final en la historia del Puente Mantible de Logroño

 Situado aguas arriba, pero dentro del término municipal de Logroño, se construye el que puede ser el puente más antiguo de la ciudad de Logroño. Hablamos sin duda del Puente Mantible declarado Bien de Interés Cultural en 1983 y del que hasta 2021 subsistían dos arcos, uno en la ribera logroñesa del Ebro y otro en la vasca. Ahora solo queda el alavés.

La denominación de Puente Mantible (Puente Viejo) aparece en dos puntos de la geografía española, uno en Logroño y otro en Garrovillas de Alconétar (Cáceres).

Las leyendas sobre El Puente Mantible son muchas, relacionadas con personajes como Carlomagno, Finebrás, … mencionados también en un capítulo de Don Quijote de La Mancha y que da título a una obra de Pedro Calderón de La Barca. Sin embargo, estas alusiones se relacionan con el Mantible cacereño.

Menos resonada, pero no por ello menos importante, es la historia del Puente Mantible riojano, aunque es un tanto complejo conocer sus orígenes. Uno de los que se han propuesto es un origen romano, hacia el siglo II d.C., aunque no hay certeza de este hecho. Esta teoría plantea que el puente serviría para saltar el río, siguiendo una calzada procedente de Vareia y Tricio. Otra hipótesis, retrasa hasta el siglo XI la construcción del puente. Según esta propuesta, el Puente Mantible sería construido junto con el de Puente la Reina (Navarra) bajo el reinado de Sancho III El Mayor, en un proyecto para conectar Pamplona y Nájera.

Una tercera hipótesis plantea que el Puente Mantible fuese una construcción romana, reformado en la Edad Media.

El número de arcos también ha sido discutido, proponiendo una construcción con seis o siete arcos de medio punto con diferentes alturas, colocando el primero en una colina. Con un cauce normal únicamente los dos primeros arcos quedarían sobre el río.

En el siglo XII, el Puente Mantible queda inutilizado por algún motivo desconocido, aunque lo más probable parece ser una riada. En el año 1095, tenemos la primera mención al Puente de San Juan (Puente de Piedra de Logroño) en el Fuero de Logroño. Tras la destrucción en el siglo XII, el Puente Mantible volvió a ser usado destruyéndose finalmente en el siglo XV en alguna guerra. Recientes estudios señalan que el arco central fue dinamitado, dejando en mal estado al primero.

Desde entonces hasta la actualidad, el Puente Mantible ha subsistido parcialmente, exigiendo cada vez más una reforma que salve a este huérfano monumento logroñés. Sin embargo, esta nunca llegó y el 25 de enero de 2021, el arco logroñés se vino abajo, dejando únicamente la pila y el estribo. Tristemente, en ese momento  fue cuando se activó el protocolo de restauración por parte del Ayuntamiento, que plantea una reconstrucción que no suplirá la pérdida del original, pues únicamente será una copia.

Arco logroñés del Puente Mantible en la década de los 70 (Foto Petra Alcalde Morales)

Vista general del puente en los 80 (Foto Petra Alcalde Morales)

El arco logroñés en los años 80. (Foto Petra Alcalde Morales)

El arco logroñés en 1910, con su forma original
Arco logroñés derrumbado (BCE)

Vista de la pila del Puente Mantible (BCE)

Las piedras es cuanto ha quedado del arco logroñés (BCE)




sábado, 28 de enero de 2023

Escuelas de niñas de Bretón de los Herreros, un edificio olvidado

 Hoy en día, la Calle Bretón de los Herreros es una de las arterías más céntricas y destacables de Logroño. Sin embargo, sus orígenes se remontan a los fosos de las murallas, construidas en el lugar que hoy ocupan las viviendas decimonónicas.

El siglo XIX, supuso una revolución para la España del momento, pues, entre otras mejoras, se centró en que la Educación llegase a todas las personas por igual. Para poder llevar este ambicioso proyecto a cabo y acabar con los problemas de analfabetismo, el Gobierno central delegó en las Diputaciones, que empezaron a tomar cartas en el asunto para crear lugares de enseñanza para todos los niveles. Los lugares prexistentes, fuera de las iglesias, o conventos, eran a menudo lugares insalubres y con muchas carencias. Contra esto, se promulgará un real decreto en 1838, dando las pautas de cómo tendrían que ser los lugares de enseñanza.

La Ley Moyano supuso el despegue de un nuevo tipo de enseñanza.

En Logroño, sin embargo, las novedades tardarán unos años en llegar. En 1841, únicamente había un Instituto de Segunda Enseñanza y el Seminario. Sin embargo, poco a poco se van abriendo nuevas escuelas, llegando a 13 a finales de siglo. En 1865, el Ayuntamiento empieza a estudiar la posibilidad de construir una escuela de Párvulos en el entorno del Revellín, encuadrándose ya en las directrices marcadas por las nuevas leyes.

Uno años después, en 1877, el Ayuntamiento propone la construcción de una escuela de Niñas, que ubicará en la esquina entre las actuales Víctor Pradera y Bretón de los Herreros. Este nuevo edificio, será uno de los primeros que se construirán fuera de las murallas.

El encargado de realizar su construcción será el arquitecto municipal del momento, Francisco Luis y Tomás. Para su construcción planteó un diseño austero, con planta cuadrangular y tres pisos de altura, sin apenas decoración. Esto pone de manifiesto la escasez económica que había en el momento de la construcción.

En la memoria, menciona que existen unas instalaciones anteriores, pero que sus condiciones no son las adecuadas para su labor. En 1878, fueron entregadas e inauguradas. En esos momentos, la Calle Bretón de Los Herreros recibía el nombre de Muro de San Blas, aunque, poco tiempo después, la importancia de las escuelas mudó su nombre a cortina o muro de las Escuelas.

Esto nos demuestra la popularidad del edificio, que permaneció en uso durante largo tiempo. En 1902, la calle recibió el nombre de Bretón de Los Herreros, perdiendo así su antigua denominación. Sin embargo, las escuelas permanecieron en pie hasta el año 1942, cuando el edificio es derribado para construir el nuevo palacio de Justicia.

Las imágenes que conocemos de este edificio son muy escasas, la mayoría, muy previas al derribo y siempre, exteriores.

Las Escuelas vistas desde el patio interior (Foto Archivo Histórico Provincial de La Rioja)

La Casa de Socorro y las escuelas en una foto de 1935 (Foto IER)


miércoles, 30 de noviembre de 2022

De la Pescadería quedó el pescado

La calle Sagasta es la calle más moderna del Casco Antiguo Logroñés. Su construcción fue la obra más destacada de la ciudad decimonónica. Sus casas llevan la impronta de los arquitectos más importantes del Logroño de la época. El número 7, acogió uno de los negocios más carismáticos de la ciudad, Pescadería Suso, que cerró sus puertas en 2004.

La historia de la casa que hoy lleva el número 7 de la calle Sagasta empezó en 1887, cuando la casa era propiedad de Evaristo Aguirre y llevaba el número 6 de la calle de los Abades. El 2 de diciembre de este año, el propietario pide autorización al Ayuntamiento para reformar la casa preexistente. El proyecto será autorizado al día siguiente. Luis Barrón será el encargado de la realización del proyecto.  

A mediados del siglo XX, en el bajo de este local se abrió la Pescadería Suso, que pronto destacó por vender productos de marisco como percebes o angulas, por entonces no muy conocidos en la ciudad durante las fiestas navideñas. Estos productos fueron muy apreciados por los clientes, por lo que su popularidad pronto llegó a toda la ciudad y alrededores.

En 1966 Moisés Suso, propietario del bajo, pide autorización al Ayuntamiento para reformar la pescadería que tiene en el entonces número 11 de Sagasta. Las obras supusieron, sobre todo, unas óptimas condiciones de salubridad, además de la sustitución de mobiliario e iluminación.  Además, se reforma la fachada, colocando una escultura de un pez sobre la fachada de la tienda. El encargado de realizar este proyecto fue el arquitecto Fidel Ruiz Río. La pescadería era atendida por el propio Moisés Suso y su mujer, María, junto con algunos empleados. La aceptación de sus productos era muy buena, contando con mucha clientela, entre ellos, la vecina cafetería Granja de Oriente. Sus productos fueron referentes para la ciudad y la gente que venía de los pueblos. El tamaño del local, obligó a realizar una tienda de un tamaño muy pequeño, con un mostrador en el que se exponía el pescado fresco, congelado y los mariscos. Este, en poco tiempo, fue uno de los elementos distintivos de esta pescadería, que permaneció abierta hasta finales del siglo XX, cuando se vuelve a pedir licencia de apertura en 1995, después de unos años sin actividad. Esta llegará en el año 1996. Los propietarios serán los hijos del matrimonio fundador.

Tras este breve periodo de tiempo, la pescadería cerró de forma permanente en el año 2004. Un tiempo después, en el año 2007, el local se volvió a abrir como chuchería. Un año antes, se había reformado el escaparate, puertas e interior, cambiando la disposición de la pescadería. Posteriormente, el local acogió una peluquería, una crepería y desde el día 23 de abril de 2022, el histórico local acoge la librería Castillo de Libros.

Pese a todos los cambios sufridos, la pescadería dejó su impronta en la fachada, pues el pescado tallado en la fachada, sigue en su lugar, recordando a mucha gente la presencia de este histórico y popular negocio.

Pescadería Suso en los años 80 (Foto Facebook)


lunes, 28 de noviembre de 2022

Presentación

 Mañana a las 19;00 h, en el Hogar Navarro de Logroño presentaremos un pequeño documental que hemos realizado de los hitos patrimoniales más importantes del Camino de Santiago en Navarra (Leire, Javier, Sangüesa y Eunate). La producción y realización del vídeo ha corrido a cargo de Juan Manuel Zaldivar Ezquerro, Luis Ángel García y Bruno Calleja Escalona.





jueves, 24 de noviembre de 2022

Finca de La Fombera, una historia olvidada de Logroño

Ubicada en la confluencia entre los ríos Ebro e Iregua, La finca de La Fombera fue una de las propiedades más notorias del Logroño decimonónico, siendo sus propietarios, Joaquín Baldomero Espartero y Doña Jacinta Martínez de Sicilia. En la actualidad, apenas quedan restos de este lugar de referencia para la Historia de España.

La finca de La Fombera, era uno de los pulmones de la ciudad. Contaba con ocho hectáreas de terreno, siendo la más grande de todo el patrimonio de esta destacada pareja, y que, Don Baldomero la usaba para su recreo. Contaba con un chalet, con cuatro pisos de altura, rodeado por diferentes especies de árboles, manantiales y ríos. Los más destacados eran dos imponentes sequoias, que aún persisten hasta la actualidad. Una de ellas fue traída por el propio Espartero desde Perú. El acceso principal se encontraba en la actual carretera de Zaragoza, cruzando una destacable puerta de forja. Por esta finca pasaron durante el siglo XIX, ilustres personajes como el General Prim, en su visita a Logroño para ofrecerle a Espartero la corona de España, hecho que Espartero rechazó, invitando esa tarde a Prim a conocer la finca. El lugar también fue visitado por Benito Pérez Galdós, que acudió a nuestra capital para documentarse para la escritura de un libro, que quedó inédito, dedicado a Sagasta. Además La Fombera es el único espacio que este autor menciona en sus Episodios Nacionales, además aparece referenciada en los artículos que Karl Marx estaba escribiendo en la época.

La Fombera también fue pionera en las comunicaciones ya que contó con la primera (o segunda, dependiendo de autores), línea telefónica en Logroño, usada por el propio Espartero.

Sin embargo, parece que los primeros habitantes de este lugar fueron los Romanos, pues se tiene constancia de que Espartero y su esposa encontraron en estas tierras restos de calles, casas o incluso huesos, que parecen pertenecer a alguna villa romana rural. Precisamente de estos restos, la noble pareja hacía alarde ante sus visitas. Según el documento escrito por Cea Bermudez, citado por Blas de Taracena cita que el puerto comercial de Varea estaría en la finca de La Fombera (Fontvera), en el cual había restos de postes de amarre de los barcos y pueden hallarse restos monumentales.

En la documentación, sabemos que, antes de ser propiedad de Espartero, la propiedad estaba dentro del Mayorazgo de Pedro Eloy de la Porta, que por entonces ya mencionaba el término La Fombera.

Pedro Eloy de la Porta es ancestro directo de Ezequiel Martínez, padre de Doña Jacinta Martínez de Sicilia. Ostentó gobernador perpetuo de la ciudad de Logroño. Por parte de su padre, Doña Jacinta heredará la propiedad. Vino salido de esta finca estuvo presente en las primeras botellas de vino que cruzaron el Atlántico sin corromperse.

Tras la destacable vida en la Fombera, Espartero falleció el día 8 de enero de 1879, legando su finca preferida a la ciudad de Logroño para el disfrute de la misma. En propiedad municipal debió permanecer hasta el día 11 de marzo de 1890, cuando La Fombera pasa a ser propiedad de la Administración Pública de La Rioja. La prensa del momento nos informa de que la finca es en ese momento, el semillero municipal y el depósito de la Zona Norte, pues desde aquí se abastecía a pueblos y ciudades cercanas. Además, La Fombera se encontraba dentro del Vivero Central, término que llegaba desde el Iregua hasta el actual barrio de San José. Precisamente, en los planos de este barrio, trazados por el arquitecto José María Carreras, especifica que se pensaba construir unas escuelas y una capilla para el Vivero Central.

En 1908, existen unos planos referidos al proyecto de Construcción del Vivero Central. En él se refleja de forma muy detallada la casa, con dos niveles de altura y un patio interior. Este plano se encuentra depositado en el Archivo Histórico Provincial de La Rioja.

En 1925, vuelven a aparecer planos, depositados en el Archivo Histórico Provincial, que representan la casa y la finca, que será en un futuro el Vivero. La forma de la casa, en este caso varía, dejando únicamente un cuadrado. ¿Ha habido alguna reforma?, habrá que buscar expedientes.

Volvemos a saber sobre la Finca de La Fombera en el año 1945, cuando la finca es usada también como piscifactoría, siendo una de las más destacadas de las cercanías. Sin embargo, no cuenta con una gran extensión de terreno. Esta piscifactoría cuenta con varios estanques y en ella se crían truchas. En ese año, la revista La Rioja Industrial documenta las instalaciones, conservándose aún la puerta de entrada metálica, de los tiempos de Espartero, la casa y varios de los árboles. La piscifactoría se coloca en torno a un edificio construido posteriormente, para este nuevo uso.

La casa principal es usada como vivienda de los guardas forestales, aunque pronto quedará sin uso y con el tiempo se declarará en ruina. Pese a su relevancia, no conservamos ninguna imagen o descripción de ella. Sin embargo, sabemos, por el artículo de la profesora Mª Pilar Andueza Unanua, Amueblamiento y ornato del Espacio doméstico decimonónico: El Palacio logroñés del General Espartero, que existieron. En el Inventario de Bienes realizado a la muerte de Doña Jacinta, se menciona que en la sala de billar de su palacio de Logroño, la pareja tenía dos vistas fotográficas de la Finca de La Fombera. Las descripciones tampoco son abundantes. Sabemos que se trataba de una destacada edificación, con varios “locales”, adosados a la construcción, que eran utilizados como cuadras, pajares…

Si que parece verse la casa en el fondo de dos imágenes. Una tomada por el Fotógrafo Jorge Palomo Duran durante unas supuestas maniobras militares en La Fombera en el año 1936. Si miramos con detalle esta imagen, vemos los tejados de las edificaciones. (Habría que cerciorarse de que el paisaje que hay detrás coincida). También parece haber sido fotografiada en una imagen que hay en el Archivo Municipal de Logroño, aunque también estamos a falta de confirmarlo.

La testamentaría nos describe que la casa tenía un cobertizo en la fachada principal, por el que se accedía a un patio, dónde se encontraba el acceso principal a la vivienda. En el primer nivel se encontraba la cocina. En el segundo, estaban los dormitorios y el cuarto de Espartero y en el último había dos salas, una usada como comedor y otra como gabinete. Las fuentes hablan de que era una casa bastante austera, en la que apenas había sitio para la decoración. Conocemos esta disposición interior de la casa siguiendo lo publicado en el Libro Espartero, Hacendado Riojano, de Francisco Bermejo.

Las medidas que nos ofrecen las fuentes, coinciden con la edificación visible en el Catastro de 1937 (El primero que contiene planos en La Rioja) y varias fotografías de varios vuelos.

Con el paso del tiempo, el uso de La Fombera fue cambiando, y con ella, su estructura. En 1986, la casa principal, residencia de Espartero, es demolida y ampliados varios de los edificios que la circunvalaban.

El edificio tenía cuatro plantas. La primera de ellas acogía el portal, una despensa y la cocina, además de las escaleras que subían hacia la segunda planta, donde Espartero tenía su despacho y dos dormitorios. En la planta superior estaba el salón comedor y el Gabinete.

Antes del derribo, se evacuó toda la documentación que subsistía en la parte superior de la casa. Más de 3000 documentos, entre los que había Boletines de la Provincia, Documentación del Distrito Forestal e ICONA, entre otras, fue trasladados al Archivo Histórico Provincial.

La puerta de acceso a la finca fue desmontada y su destino estaba en la chatarra, pero, por suerte, su destino cambió para situarse en una finca propiedad del Gobierno de La Rioja en el término de San Andrés de Cameros, adaptándose a su nueva ubicación. Es en este lugar donde se conserva en la actualidad, achacada por el paso del tiempo y sus inclemencias, que han dañado irreversiblemente partes originales, pero que con una restauración, podría volver a lucir su esplendor perdido.

Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración de Enrique Cabezón, que junto a la Asociación de Vecinos de Los Lirios sigue luchando contra el olvido patrimonial. En la actualidad, está dando los retoques a su último libro: Historia Universal de ninguna parte.

Posible vista de la Casa de La Fombera (Archivo Municipal de Logroño)

Fotografía de Espartero

Catastro de 1937 (Archivo Histórico Provincial de La Rioja)

Vista de la Finca de La Fombera. Sombra de la casa principal (La Rioja Industrial)

Boceto de la casa ante el derribo de 1986 (Archivo Municipal de Logroño)

Casa del Guarda y piscifactoría de La Fombera (La Rioja Industrial)

Puertas de La Fombera (La Rioja Industrial)

Jacinta Martínez de Sicilia

Maniobras militares en ¿La Fombera? (Jorge Palomo Durán, 1936)

Puertas de La Fombera en su ubicación actual
Plano de la Fombera sin datar (Archivo Histórico Provincial de La Rioja Sig. DF1079/12)

Plano de 1908 (Archivo Histórico Provincial de La Rioja Sig: DF 1079/18)

Detalle de la casa en el plano (Archivo Histórico Provincial de La Rioja Sig: DF 1079/18)

Plano de 1925 (Archivo Histórico Provincial de La Rioja Sig: DF 0677/06)




martes, 22 de noviembre de 2022

Silencio en el Monte Laturce (II)

 El conflicto termina con una restructuración de las fronteras de los reinos. También, la abadía de Santa María de Rute. Pierde importancia en favor de San Prudencio del Monte Laturce, que resurge como potencia eclesiástica en la zona, que además, reorganiza el poder del área. El 20 de agosto del año 1181, Diego Jiménez y su mujer doña Guiomar, llevan la congregación de Santa María de Rute a San Prudencio del Monte Laturce, que desde esta fecha queda bajo la orden del cister. Aunque el Monasterio de San Prudencio se dona a Santa María de Rute. Se documenta que hay traslado de enterramientos, reliquias, que vuelven a su ubicación original. Años más tarde, el monasterio va haciéndose con propiedades en el Valle de Ocón, Logroño, Villamediana, etc., mientras Alfonso VIII, librera a los monjes de los impuestos por los pastos. Los Señores de Cameros, poco a poco, van consolidando su poder, que queda reflejado en su panteón, ubicado en San Prudencio, mientras que el Obispo no puede intervenir en el nombramiento de abades.

La historia inmediatamente posterior a este siglo XII-XIII nos es bastante desconocida. Apenas conocemos referencias históricas a este lugar. No será hasta el siglo XIV cuando el Monasterio vuelva a aparecer en la Historia. En el año 1461,el Monasterio pasa a depender del Papa directa-mente. En 1520, Adriano VI, donará reliquias a cambio de dos costillas de San Prudencio. En el año 1594 se construye un nuevo coro alto, lo que indica que el Monasterio sigue creciendo en importancia, que quedará consolidado en el siglo siguiente cuando se amplíe el Refectorio en 1616 y un año después se construya el nuevo retablo, de la mano de Pedro Jiménez . La obra maestra será el órgano, que llegará en 1620, de la mano de Gaudioso de Lupe. También desde el siglo XVI se amplían las romerías y actos sanatorios por parte de este santo. En 1640 se descubrieron los restos de la primitiva iglesia de San Vicente al construir unos lagares. Además, se dice que San Prudencio intervino en favor de los Logroñeses durante el sitio de 1521.

El siglo XVII es un siglo de decadencia en la Historia de España. Esta decadencia también quedó plasmada en este monasterio. Hay fuertes choques con La Redonda y parroquias aledañas, llegando a amenazas de excomunión.

En 1810, el Monasterio se desamortizó por primera vez. Durante los años de abandono, se empezó a expoliar sus bienes. Con estos actos, empezó la decadencia de San Prudencio del Monte Laturce. La Redonda se hizo con los bienes más importantes, mientras que el retablo se trasladó a Barriobusto. Se subastaron muchas de las pertenencias de los clérigos. Aún así, los monjes volvieron a San Prudencio años más tarde. Encontraron el edificio en mal estado, a excepción de la cripta y procedieron a restaurarlo.

El 12 de febrero de 1835, la vida en San Prudencio se detuvo de forma definitiva con la orden de Exclaustración, en el contexto de la Desamortización de Mendizábal. Los bienes de San Prudencio se subastaron en Lagunilla del Jubera y el edificio se cerró, quedando a merced del paso del tiempo. Lo único que no se tocaron fueron los restos del Santo, temiendo su venganza. En 1847, una familia de Ribafrecha se hace con los restos del Monasterio. Un año más tarde, hay una subasta de los edificios, que nadie compra. El monasterio poco a poco se va degradando, siendo ocupado de nuevo por habitantes, esta vez, bandidos como El Caldereta. Estos nuevos inquilinos excavaron el monasterio, llegando a la primitiva iglesia, donde encontraron algunos elementos de valor que luego vendieron. Además, causaban problemas a los vecinos de las localidades cercanas. En 1903 aún había algún clérigo en el monasterio.

La primera Iglesia, dedicada a San Vicente se ubicó en el nivel inferior y sirvió hasta el siglo X.

Los restos más antiguos que hoy se conservan en este monasterio son los correspondientes a la Iglesia Baja, edificada tras la desaparición de la Iglesia de San Vicente. Estos restos son de estilo de transición entre el Románico y el Gótico. De esta construcción destaca la parte superior de la puerta de acceso, con arco apuntado y decoración geométrica, conservada en muy buen estado. Igualmente quedan unas ventanas en forma de arco de medio punto y con decoración floral. Además, también conserva una cripta con arcos y una bóveda del mismo periodo. Sobre el suelo hay un hueco, que pareció ser una tumba, ahora profanada.

Sobre esta Iglesia Baja, según algunas fuentes, hacia el año 1415-1430, comienza a construirse la Iglesia Alta, de la que apenas quedan restos en la actualidad. Se desconoce con precisión la forma de esta iglesia nueva de la que se conservan restos de la puerta, ménsulas y escasos muros.

Por lo demás, se conservan en muy buen estado los muros de un edificio en planta en forma de L, que al parecer acogió las viviendas de los monjes, la Hospedería y otros elementos como la Biblioteca, …

También sabemos que contó con Sala Capitular y claustros, de los que apenas se conservan restos. Igualmente, se conservan los muros de las torres.

En general, las construcciones son de sillarejo, reservando el sillar para fachadas, La iglesia baja es una excepción, pues sus muros y techos se realizan en piedra de sillería, que presenta un avanzado estado de deterioro por la erosión.

Vista general de las ruinas en la actualidad

Ruinas de la torre interior

Ventana románica

Ruinas de los claustros

Edificio en L

Ventanas de las habitaciones

Las dos iglesias

Portada gótica, de estilo laturcense

Antigua cripta

Muros de San Prudencio

Ruinas de San Prudencio hace 40 años (Foto Adoración Murga)
Sello del monasterio de San Prudencio (Datado del siglo XVII)



lunes, 21 de noviembre de 2022

La Sala de Ámbar, de realidad a mito

Su nombre aún sigue evocando misterio, una historia que se interrumpió en 1941 y que a día de hoy sigue en ese estado. Recientemente se han encontrado los restos de un naufragio frente a las costas de Noruega que llevaba en su interior unas cajas cuyo contenido podrían ser lo que queda de este legendario tesoro cuyos orígenes se remontan a la Rusia Zarista. El día 6 de septiembre de 2021 comenzaron las labores de recuperación de las citadas cajas. Sin embargo, las esperanzas de que el valioso tesoro estuviese allí se evaporaron unos días después. En la actualidad, su paradero vuelve a ser un misterio.

Pese a que esta famosa habitación haya quedado ligada a Rusia, su primera ubicación fue el Palacio de Berlín del rey Federico I. Su autor fue Andreas Schlüter, un escultor barroco que trabajó en la corte de este rey. Las placas de ámbar fue-ron realizadas en Danzig por maestros artesanos en 1701, que le dieron su forma característica. Sus obras duraron más de diez años y se concluyó en 1716.

Pese a que se instaló en Berlín, su destino debía haber sido el palacio de Charlottenburg, propiedad también de Federico I de Prusia. Aquí permaneció hasta que esta maravilla artística fuese contemplada por Pedro I El Grande, quien la recibirá como obsequio del hijo de Federico I en 1755, en un símbolo de alianza.

En Prusia, había una amplia tradición del trabajo del ámbar, procedente de los prehistóricos bosques de coníferas. En concreto hay referencias a trabajadores de esta resina desde el siglo XIII, pero su época de auge entre la aristocracia será el siglo XVI, alargándose hasta el XIX.

Una vez en Rusia, la cámara fue rediseñada por expertos maestros para adaptarla al palacio de Catalina la Grande. No será Pedro I, sino su hija Isabel quien colocase la Cámara de Ámbar en su ubicación final. Esta construcción estaba realiza-da con paneles de ámbar, mosaicos, espejos… colocados en un fondo realizado en pan de oro.

La Sala permaneció en esta ubicación, sin apenas cambios hasta la llegada de la II Guerra Mundial tras sobrevivir a la Revolución Rusa.

La llegada de los nazis a Rusia se realizó en el contexto de la Operación Barbarroja, el 22 de junio de 1941. Hitler quería invadir el país. Los soldados nazis llegaron a San Petersburgo (Por entonces ya Leningrado), lugar donde se encontraba la Cámara de Ámbar. Los rusos sabían del valor de la Cámara y del deseo de los alemanes por ella, así que decidieron empapelar la sala para protegerla, ante la imposibilidad de trasladarla por su débil estado de conservación. Hay que anotar que estaba prevista una restauración de esta sala para 1942.

Aun así, la sala fue descubierta por Alfred Rohde, uno de los mayores expertos sobre arte del Ejército Nazi. En menos de 36 horas la Sala estaba desmontada y preparada en 27 cajas que se enviaron a Königsberg, capital de Prusia para volver a ser montada en el castillo de esta ciudad. Casualmente, en la capilla de este castillo de origen teutón, fue coronado Federico I de Prusia en 1701. El 14 de octubre de 1941, la sala entró en Königsberg y el 13 de noviembre de ese mismo año se anuncia una exposición en el castillo, junto con otros objetos saqueados por los Nazis.

Allí permaneció hasta el verano del año 1944. La Guerra ha dado un giro de 180º, Los Aliados están ganando posiciones al Nazismo. Una de las más importantes plazas fue precisamente Königsberg. El 26 de agosto de 1944 cayeron las primeras bombas sobre la ciudad por parte de los Soviéticos y poco después intervino la RAF, que descargó un gran arsenal sobre la ciudad, dejan-do asolada casi toda la ciudad. Uno de los puntos más afectados fue el castillo que se incendió y quedó seriamente dañado, aunque sus fuertes muros le permitieron seguir en pie tras este suceso.

Tras el bombardeo, Königsberg fue escenario de una batalla por la liberación de la ciudad. Esta batalla se inició el 6 de abril de 1945, cercando la plaza, que se rindió el día 10 de abril, pese a que Hitler ordenase resistir hasta el final.

Aquí encontramos la última pista documentada sobre la Cámara de Ámbar. Al analizar los restos del castillo, no se encontraron restos de Ámbar fundido o quemado, por lo que pronto, empezaron a surgir rumores que aseguraban que la Cámara de Ámbar había sido puesta a salvo antes del bombardeo, aunque por desgracia, no hay nada que demuestre que el Salón de Ámbar se salvó o se destruyó en Königsberg, que tras el ataque se transformó en Kaliningrado, quedando en manos de la Unión Soviética.

Una de estas teorías hablan de que la habitación se ocultó en una habitación bajo el castillo, pero la que más auge ha tenido en los últimos tiempos es la que cuentan varios testigos. Según ellos, la Cámara de Ámbar fue desmontada y colocada de nuevo en cajas, que fueron cargadas en un barco para ser trasladas a otro lugar de Alemania, pero que dicho barco fue hundido en el Báltico por los rusos.

En 2020, unos submarinistas detectaron un pecio de un buque alemán, el Karlsruhe, que había sido el último navío en partir de Königsberg Entre sus restos se encontraron restos de cuadros y unas cajas cuyo contenido resultó ser herramienta. El buque fue hundido el día 13 de abril de 1945.

En el año 2003, una réplica de la Cámara de Ámbar fue inaugurada en San Petersburgo, siguiendo los escasos restos que han quedado de la original.

Otras teorías, dicen que la famosa estancia pudo arder en el incendio del castillo de Königsberg, o que pudo ocultarse en algún túnel secreto.

Corriese el destino que corriese, la Cámara de Ámbar ha inspirado y sigue haciéndolo la mente de muchas personas.

La Sala de Ámbar original (Fuente)

La Sala de Ámbar original (Fuente)
Sala de Ámbar en 1917 (Fuente)

Vista aérea del Castillo de Königsberg (Fuente)

El castillo en una posta de época (Fuente)

Cara lateral del castillo (Fuente)

Patio del Castillo (Fuente)

Gente en el Castillo de Königsberg (Fuente)

El castillo convertido en Museo Nazi (Fuente)

Otra vista aérea del castillo (Internet)

Estado en el que quedó la ubicación primigenia de la Cámara de Ámbar (Fuente)

Torre antigua del castillo (Fuente)

Una niña junto a las ruinas del Castillo de Kaliningrado (Internet)

La torre del castillo de Kaliningrado arruinada por los bombardeos (Fuente)

Detalle de las ruinas (Fuente)

Destrucción de la torre del castillo (Fuente)

El castillo destruido (Fuente)

Derribo de los últimos muros del Castillo (Fuente)

La Casa de los Soviets, edificada sobre los restos del castillo de Kaliningrado (Fuente)