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sábado, 12 de abril de 2025

Nalda y el Monasterio de San Prudencio

 La cercanía entre Nalda y el Monasterio de San Prudencio hace que sus historias presenten lazos comunes.

La documentación primaria conservada del monasterio se reduce a una recopilación de documentos del propio archivo monástico, realizada entre 1725 y 1727 por un ilustre Monje, Gaspar Coronel, que el propio escribano titula como Historia del Real Monasterio de San Prudencio. En esta obra encontramos algunas noticias que recogen lazos entre Nalda y el Monasterio:

-1049: En este año el Rey Sancho III El Mayor dona al Señor de Cameros y gran benefactor del mismo, posesiones en varios lugares, entre ellos Nalda.

-2-4-1067: En una permuta de posesiones entre San Prudencio y San Martín, recibe a cambio de diferentes lugares, el dominio sobre el monasterio de San Agustín, cerca de Nalda con sus tierras.

-13-11-1217: Dentro del corpus documental, se recoge una escritura firmada en Nalda por la cual Raimundo y Martín Bermúdez venden a Rodrigo Díaz y su esposa el lugar de Muro por 700 maravedís.

-1121: en el testamento de Mencia Ximénez, esta entrega al Monasterio de San Prudencio varias posesiones, como la Villa de Luezas, además de heredades en Nalda que dice había heredado de sus padres, habiendo allí tierras, molinos, viñas y huertos.

Parte de esta obra se encuentra publicada en el libro Documentación Medieval del Monasterio de San Prudencio de Monte Laturce (Siglos X-XV) de Francisco Javier García Turza.

Por otro lado, encontramos referencias al vínculo entre Nalda y el Monasterio de San Prudencio en el libro escrito por Bernardo Ibáñez,

En él, el autor recoge que Nalda participaba en la multitudinaria romería que se realizaba al monasterio cisterciense, documentada desde al menos el siglo XII. Bernardo Ibáñez de Echávarri, señala en su libro Vida de S. Prudencio, Obispo de Tarazona, Patrono Principal, y Hijo de la M.N. y M.L. Provincia de Álava : precedida... , publicado hacia el año 1753 que antiguamente Nalda, junto a Murillo, Clavijo, Albelda, Lardero Alberite, Soto Tregujantes, Zenzano y Villamediana subían el día 28 de abril, pero al concentrarse un elevado número de personas y la gran duración de la recepción, se decidió hacer la recepción y romería de forma escalonada por días, reservando el 28 para que Logroño cumpliese el Voto que debía a este Santo.

Esta información también aparece recogida por el autor Julián Cantera Orive en su obra San Prudencio de Armentia también cita la presencia de Nalda en la Romería de San Prudencio. Igualmente, en un libro de reciente publicación titulado Tres Veces Cielo, el Monasterio de San Prudencio de Monte Laturce, escrito por Bruno Calleja Escalona, también se recoge esta presencia.



sábado, 9 de noviembre de 2024

Sancho de Funes, de Obispo de Calahorra a Santo Mártir

 Desconocemos los orígenes de este santo obispo. Sus orígenes se sitúan en Aragón, Navarra, Francia o incluso en el Corcueto de San Pedro, en Navarrete. Sus contemporáneos lo conocían como Sancho de Aragón o de los Aragoneses. Siguiendo la escasa documentación que conservamos sobre su vida, se puede pensar que estudió en el monasterio de San Aurencio de Aux, en Francia. Previamente, había sido el primer abad del monasterio de Santa María la Real de Nájera.  En 1116, murió el obispo de Calahorra, Sancho de Grañón. Tras esto, se nombra a Sancho de Funes como sucesor. La situación de la Reconquista en estos momentos es bastante compleja. Ante la muerte de su antecesor, el clero y el pueblo calagurritano elige a Sancho de Funes para desempeñar el cargo. La ciudad de Taragona fue el lugar donde tuvo lugar su nombramiento, que fue llevado a cabo por el Arzobispo de Auch. Sancho de Funes aparece en la primera mención escrita como obispo en el año 1118. Precisamente en ese año tendrá lugar la reconquista de Zaragoza y un año después, la de Tudela, momentos en los que Sancho estuvo presente y figura como obispo. En la primera, recibirá una bula papal concediendo indulgencias para reconstruir la ciudad. Tras estos acontecimientos, Sancho de Funes emprendió la labor de crear un taller de elaboración de códices y libros, para ello llegó a contar con once clérigos. La primera de estas obras data de entre los años 1121-1125, siendo un libro de coro. En la obra se recogen los nombres de los monjes y se incluye el de Sancho de Funes. Además, en estos años, Sancho de Funes se involucró en la reconstrucción de Calahorra, además de la catedral en 1129. Igualmente, este obispo colaboró en la reconstrucción de las casas circundantes al núcleo urbano. En 1122, se documenta la presencia de Sancho de Funes en un pleito en San Millán. La documentación también recoge informes en los que Sancho de Funes, dio aceite de la iglesia para la celebración de banquetes y fiestas, además de carne de los rebaños. Igualmente, ordenó inscribir los nombres de los clérigos en un libro para poder dar vigilias y misas por los difuntos. Unos años después, Alfonso I, autorizó la construcción de la iglesia, tras la reconquista del Valle del Alhama. En 1123, Sancho establece un priorato, filial a la catedral de Calahorra. Además, el Obispado contó con cinco arcedianos. En 1126, el obispado adquiere una casa en la localidad de Tudela. Igualmente, en la localidad de San Zolio (Sansol), en ese año aparece Sancho en la adquisición de una huerta. Igualmente, en esa misma fecha, Dominga, hija de Sancho de Baró se autodona al obispado, consagrando el obispo una iglesia dedicada a San Miguel en Ausejo. Durante su mandato, Sancho de Funes creó un sello con las figuras de san Emeterio y San Celedonio para el convento, que posteriormente será usado por el cabildo. En la década de los años 20 de ese siglo, las propiedades van in creciendo para el convento. Llegan a tener huertas en lugares tan lejanos como Rípodas en Navarra. Además, el obispado recibirá la iglesia de Pradejón. En 1129, Sancho y sus Arcedianos confirman la donación a Urraca de la iglesia de San Vicente de la Peña, documento en el que se recoge la firma manuscrita del obispo. Ese mismo año, el río arrasa Calahorra, obligando a los clérigos a trasladarse a otros templos más pequeños que la catedral. Tras esto, se planteó llevar la catedral a otro sitio, impidiendo la construcción de viviendas en el entorno del río. Sancho, devoto de los mártires, se opone a ello. Para conocer las siguientes noticias sobre Sancho de Funes hay que avanzar hasta el año 1132, cuando aparecen noticias de nuevas donaciones. En ese año, se trasladaron los cuerpos de los santos a un altar nuevo, construido por Sancho de Funes. Al acto acudieron el obispo de Auch y el de Osma siendo una jornada festiva en la ciudad de Calahorra. Con este solemne acto, la devoción a los santos calagurritanos creció, al mismo tiempo que las donaciones. Además, en ese mismo año, Sancho de Funes pudo haberse reunido con el rey en el cerro de Cantabria y estar presente ne la toma de Fraga. En 1134 aparece la primera mención al palacio obispal, señalando que el obispo estaba separado de los clérigos. En ese año murió el rey Alfonso I. Un año después, Sancho de Funes figura como obispo de Nájera. En 1137, el obispo de Burgos demandó al de Calahorra por la potestad de Pino de Abajo. El Rey dejó a los habitantes que eligiesen a quien pertenecían, que se decantaron por el calagurritano. El 1 de agosto de ese año, consagró la ermita de Santa María de la Piscina. Hacia 1044, tiene lugar una importante plaga de langostas. Para combatirla, se envió desde Roma a otro obispo, San Gregorio, que murió en Sorlada en 1044. Sin embargo, hay noticias de una plaga de esta especie en 1137 en Calahorra. En 1138, se hace una donación a Armentia. Un año después, el rey de Castilla confirma una donación al monasterio de San Millán hecha por un rey de Navarra. Sancho de Funes estará presente en este acto. En 1140, el obispo tendrá que acudir a Santo Domingo para defender la posesión de este lugar en su obispado. Además, en ese año, Alfonso I y García el Restaurador estuvieron a punto de batallear por el control del territorio. Sancho de Funes medió entre ambos, reuniéndolos, quizás en Yerga para acercar posturas y hacer una promesa de casamiento entre los infantes. Un año después consagrará el monasterio de Niencebas, en la zona entre Grávalos, Alfaro y Fitero, actualmente desaparecido. En 1144, Sancho de Funes emprende un viaje hacia Roma, buscando la protección del papa. Antes de partir, dispuso sus propiedades. Una donación en el año 1145 es la última noticia que tenemos sobre la vida de Sancho de Funes. Se sabe también que este obispo estuvo presente en la donación de Lagunilla al Monasterio de San Prudencio en este mismo año, que el rey hizo en un viaje a Toledo, al que le acompañaría Sancho de Funes.

Cuenta la leyenda que la muerte de Sancho de Funes, llamado de Aragón tuvo lugar según las fuentes el 10 de noviembre de 1146, en el entorno del puente de Partelahidiez, en Ribafrecha, asaltado por sus clérigos mientras hacía una visita pastoral. Se dice que detrás de este asesinato estaba su lucha contra la simonía en la diócesis. Pero nada afirma ni desmiente esta teoría. Sin embargo, el lugar donde fue enterrado puede servir como pista. La historia cuenta que los restos mortales de Sancho de Funes fueron recogidos por los monjes del monasterio de San Prudencio, colocándolos a la izquierda del santo principal. Se puede anotar que las historias señalan que los huesos siempre estaban frescos y aún estaban ensangrentados. Sobre el arca, había un cuadro en el que se representaba el asesinato de Sancho de Funes. Tras la desamortización, su busto relicario, en el que se custodia su cráneo y la arqueta fueron trasladadas a La Redonda, lugar donde se custodian hasta la actualidad.



Busto Relicario de Sancho de Funes en La Redonda

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Silencio en el Monte Laturce (I)

Ubicado en un entorno un tanto apartado de nuestras miradas, el Monasterio de San Prudencio del Monte Laturce es uno de los monumentos más importantes y antiguos de La Rioja, que hoy en día se encuentra en riesgo de desaparecer, da-do que desde su desamortización en 1835, el Monasterio ha sufrido los avatares del paso del tiempo, que han convertido lo que un día fueron nobles salas en montones de escombro. En este artículo nos acercaremos un poco más a este singular edificio, que custodia entre sus piedras parte de la Historia de La Rioja.
Sus orígenes se remontan al siglo X, en concreto al año 925, cuando la congregación dependía del Monasterio de San Martín de Albelda, fundado por Sancho Garcés y Ordeño II. En estos momentos está teniendo lugar la reconquista y reparto de los territorios entre los diferentes reinos peninsulares, dejando atrás el dominio Banu Qasi musulmán. Se ha planteado un origen eremita, práctica característica en estos momentos. La advocación del Monasterio hace referencia a San Prudencio de Armentia, un obispo de Tarazona que vivió hacia el siglo VI y predicó en nuestras tierras contra la idolatría. A su muerte, en el Burgo de Osma, se cargó en un carro su cuerpo y se dejó a un caballo que llevase al santo a su última mora-da. El animal, según este relato se detuvo en el lugar que hoy ocupa el monasterio. Histórica-mente, sabemos que el las primeras noticias in-forman que se construyó una iglesia dedicada a San Vicente. El clima del siglo X es de inseguridad, por ello, el lugar ejerce una importante posición defensiva por su difícil acceso. También, esto hizo más difícil vivir en él y en el año 950, la congregación se traslada a San Martín de Albelda hasta el año 1058, aunque San Prudencio no queda abandonado. La vida vuelve a San Prudencio con la consolidación del Cristianismo en esta área. En el siglo XI, en concreto en el año 1181, San Prudencio se independiza de San Martín de Albelda. Desconocemos a que orden pertenecía este monasterio en este momento. Con el paso de los años, el clima se tranquiliza y aparecen nuevos señores, que buscan hacerse con el control del lugar. Serán los Señores de Cameros, en concreto Fortún Ocho y su esposa, Mencia, hija del Rey de Nájera, los que se hagan con el monasterio en el 19 de marzo de 1058 transformándolo en su panteón familiar, mientras el monasterio va recibiendo donaciones en diferentes partes de la provincia. En este momento, el monasterio es un importante lugar en el valle del Leza, Jubera y Cidacos, donde consolida su gran poder. El asesinato de Sancho Garcés IV en Peñalén, supone el fin de un periodo de auge para el monasterio. Además, los diferentes choques de los reyes por el territorio, supone un freno al poder de San Prudencio, que sigue rigiendo parroquias y congregaciones menores. En el 1112, la muerte del rey Alfonso VI, hace a Íñigo Jiménez decantarse por la monarquía aragonesa frente al poder de Castilla. La llegada de Alfonso VII su-pone la consolidación de la presencia castellana en la región, ampliando aún más los dominios de San Prudencio. En el año 1181, miembros de la familia del señor de Cameros reconstruyen el monasterio visigodo de Santa María de Rute, cuyos restos se ubican actualmente en el término municipal de Lagunilla del Jubera, que hace sombra al poder de San Prudencio, del que desconocemos documentación de años posteriores. Pronto, las relaciones de los monarcas navarros, aragoneses y castellanos quedan degradadas, lo que supone de nuevo intervenciones bélicas en el área de La Rioja, conquistando nuevos lugares como Herce por parte del rey de Castilla Alfonso VIII. Este rey llegará también a Pamplona en el año 1175. 
Iglesia baja hace unos años (Foto Jesús López)

Torre de la Iglesia (Foto Jesús López)

(Puerta de la iglesia nueva (Foto Jesús López)

Restos de la Iglesia de Ruté

Excavaciones en la ermita de Rute (Foto Luis Santolaya)

Tumba encontrada en el lugar (Foto Luis Santolaya)