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sábado, 7 de junio de 2025

Edificio de Correos de Logroño

 Logroño ha quedado ligado a las innovaciones postales, pues Cosme García, un logroñés fue quien inventó el primer matasellos de la historia. Pese a este importante avance, Logroño tendrá que esperar hasta 1919 para tener un proyecto para la construcción de uno de los nuevos edificios postales que ya se estaban construyendo en toda España. El lugar elegido fue el solar que había dejado el Convento de las madres Agustinas Ermitañas, en el Callejón de San Agustín y junto al Palacio del General Espartero y la Fábrica de Tabacos. Por ello, el edificio a construir debía ser un edificio acorde a sus vecinos. El Proyecto elegido fue el que los arquitectos Cayo Redón y Rafael Valdés plantearon. Su proyecto era un edificio neobarroco, con dos torreones y diferentes ornamentos. Dicho proyecto se empezó a construir el día 17 de mayo de 1927. La obra se prolongó hasta la IIª República, bajo la dirección de Agapito del Valle y construido por Víctor Etayo. El edificio se inauguró el día 23 de mayo de 1932. El acto fue solemne, con las autoridades locales y estatales, que realizaron una visita al nuevo edificio y una comida después.

Dibujo de la antigua Oficina de Correos de Logroño, ubicada en el actual número 1 del Muro de Cervantes.
Edificio de Correos de Logroño en los año 1940. Postal

Una de las primeras marcas que se conocen ya en este edificio es el rodillo que promociona los productos riojanos con un llamativo texto: “¿No probó los productos riojanos,? ¡¡¡Lástima!!!”. Además de este rodillo, se siguieron usando los matasellos fechadores con forma circular, en los que en la parte superior se lee “Logroño” y abajo, el código postal, entonces, el 28.

Además, el edificio contó en estos años con un matasellos fechador de certificados en el que podemos leer la palabra “Certificado”, en la parte alta, la fecha en medio y abajo la palabra “Logroño”. Al igual que otras comunidades, Logroño debió de contar con un matasellos de  Valores Declarados, aunque no se conserva ninguna carta con dicha estampación. Durante la Guerra Civil, en el Edificio Postal hubo matasellos con marcas de censura militar del gobierno sublevado. Estas marcas eran alargadas, conteniendo en su interior las palabras “Censura Militar” y “Logroño” y algún lema en referencia al bando nacional. Al finalizar la guerra, algunos matasellos siguieron siendo usados y poco a poco, con el uso se fueron deteriorando. Los cambios fueron mínimos y muy concretos en algunas marcas.

 El edificio en los año 30. Postal

Con la llegada de la Democracia, el edificio de Correos cambió las marcas. La aparición de una nueva sucursal en el Pabellón Postal de la estación de tren, hizo de la oficina de San Agustín la Oficina Principal y esto se plasmó en los matasellos. El sello de fechas lo reflejó, con esta denominación en la parte alta. Otro importante cambio fue el código postal, que pasó del 28 al 26. El Certificado también añadió la denominación de “Oficina Principal”. Pero el Edificio Postal también amplió su actividad y llegó a contar con “Servicio Filatélico”, que tuvo un matasellos propio. Este nuevo matasellos tenía forma circular, con el anagrama de Correos en el centro y una fecha, rodeado de las palabras “Servicio Filatélico Logroño” En los últimos años, Correos cambió los matasellos con la denominación “Correos y Telégrafos”, con el nombre de Logroño y el código 26, siendo este usado hasta la actualidad.

Correos, en el año 2002, emitió una ATM con la imagen exterior de este edificio. Tuvo una larga tirada y se mantuvieron en circulación durante muchos años.

En el exterior, la Casa de Correos no tuvo grandes cambios durante todos los años que acogió el servicio postal. Su interior si sufrió algún cambió más, aunque algunos de los elementos más significativos se mantuvieron. Un ejemplo de ello son los azulejos de la escalera, obra de Cerámicas Riojanas, que representaban un castillo y un león sobre un fondo azul. Obra de esta misma empresa fue un azulejo de una Diligencia Postal, que estuvo colocado en la oficina postal y muy admirado en la época y del que no se conservan más datos.

 Interior del edificio de Correos. Años 1930. Museo Postal y telegráfico de Correos


Como lugares y elementos de este edificio, destaca: La oficina, el lugar más frecuentado por los ciudadanos, era el lugar donde se enviaban y recibían los Correos y Telégrafos que daban nombre a la compañía. Con el paso del tiempo, solo se realizaban Correos y los telégrafos se gestionaban desde el primer piso. Este edificio se convirtió en la oficina de Correos más céntrica de la ciudad y a donde acudían la mayoría de los ciudadanos a realizar sus gestiones postales. En la fachada de la Calle Portales, antaño (General Mola, Calle de la República y Calle del Mercado), se situaba una de las figuras más emblemáticas de la Ciudad, el león-buzón Rodolfo, un rostro de un león con gesto simpático y con la boca abierta, dispuesto a “comerse”, todas las cartas que los usuarios depositaban en él. Su nombre le fue dado por los niños en relación a la artista de televisión Maricarmen y sus muñecos y su mascota, Rodolfo. El edificio postal continúo cumpliendo su función hasta principios del siglo XXI con algunas reformas.

  Varias personas posan en el patio de operaciones del edificio. Museo Postal y telegráfico de Correos

Fue en el año 2003 cuando unas catas de cimentación, advirtieron que el edificio se encontraba en un grave riesgo y se procedió a restaurarlo. Dicha remodelación dio al traste con los azulejos de la escalera, que fueron arrancados y destruidos. Unos pocos fueron entregados al Museo de La Rioja, que los guarda en sus archivos.

La oficina postal se trasladó temporalmente al número 40 de la Calle Pérez Galdós. Dicho traslado se estimó que duraría un año, aunque con el tiempo fue definitiva. En la actualidad, esta oficina se ha vuelto a trasladar a la calle 11 de junio. Mientras tanto, el antiguo edificio postal de la Plaza de San Agustín, tras muchos trámites y adversidades, fue vendido para que se transformase en un hotel de lujo, que se ha empezado a construir en el año 2019. La reforma ha acabado aún más con el edificio. Las torres han sido derribadas sin contemplaciones, junto con sus ornamentos y adornos. La terraza y la buhardilla han corrido el mismo destino, al igual que todos los espacios interiores se han perdido víctimas del “progreso”. El proyecto del Hotel apenas conserva elementos históricos aparte del león Rodolfo. Los azulejos, la escalinata, los muebles, las mesas, el reloj... han sido borrados físicamente, pero no sentimentalmente, pues muchas personas siguen manteniendo en su memoria los elementos que hacían de aquella oficina algo único. El edificio de Correos. Biblioteca de La Rioja

Las únicas fotografías conocidas de este edificio, conservadas en el Mueso Postal y Telegráfico de Correos fueron publicadas por primera vez en el número 4 de la Revista Humanístico-Literaria Lararium.

En la actualidad, el edificio se ha reconvertido en un hotel.

(Texto de este autor publicado en 2019 en la revista Sellos y Más)

sábado, 22 de febrero de 2025

Maximiano Hijón, arquitecto

 

El 21 de febrero de 2025 se han cumplido 200 años del nacimiento de Maximiano Hijón Ibarra, con este motivo, el pasado día 20, en vísperas del bicentenario se publicó un libro titulado Maximiano Hijón, el arte de la Arquitectura Urbana, escrito por Bruno Calleja Escalona, en el que se recogía su vida y obra, que contó con muy buena acogida. También, esa institución, junto a la Revista Pregón, han organizado durante todo el mes de febrero una exposición que recoge la trayectoria profesional de este arquitecto.

Maximiano Hijón nació en Logroño en 1825, formándose como arquitecto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde tituló en 1846. Los primeros años de su carrera los pasó entre Logroño y Madrid, destacando muy pronto por su interés en la conservación de monumentos. En estos momentos, propondrá la creación de un museo en la Iglesia de San Bartolomé de Logroño, donde se ubicarán las piezas que se habían recuperado de los monasterios desamortizados de la provincia.


También, en 1855, será nombrado Arquitecto Municipal de Logroño, donde realizará algunas importantes obras públicas, además de construir la que será su casa, la cual se ubicaba en las traseras de la casa de su padre. Este edificio reunirá muchos de los elementos que Hijón ha conocido durante su estancia en Madrid y que aplicará en sus obras posteriores en Navarra, como las cabezas de león, las guirnaldas y medallones, además de las escaleras dobles.

Sin embargo, no será hasta el año 1858 cuando sea nombrado Director de Caminos de la Zona Sur de Navarra y un año más tarde fijará su residencia en Pamplona.

Pronto recibirá el encargo del diseño de un edificio para acoger el Instituto de Segunda Enseñanza, el cual, Hijón resolverá introduciendo una estructura metálica, algo que no se había visto antes en la ciudad y que le supuso estar presente en la Exposición de Filadelfia de 1876.

Igualmente, también se le encomendó el diseño y composición del programa iconográfico del Salón del Trono del Palacio de la Diputación, que se enmarcaba en los actos de preparación de una visita que la reina Isabel II debería haber hecho a Pamplona y que finalmente fue cancelada, en la cual Hijón era el encargado del programa iconográfico.

Escaleras del Inap, antiguo Instituto de Segunda Enseñanza. Javier Igal

Salón de Trono del Palacio de Navarra, Bruno Calleja Escalona

Para la realización del Salón del Trono, Hijón tendrá que seleccionar y contratar a los artistas, entre los que se encontraba su propio sobrino Constancio López Corona, que pintó tres retratos regios y algunas de las escenas que se colocan en esta estancia.

En 1859, Hijón es admitido como socio en el Casino Principal, ubicado en el Paseo Sarasate. Sus obras no se centraron únicamente en Pamplona, pues en 1861, firmará un proyecto para la construcción de la Venta de San Fermín, ubicada entre Cadreita y Villafranca, además de un arco que se instaló en ese año en Cortes para recibir al Rey.

El edificio de Crédito Navarro recién terminado. Nuevo Casino

El legado que Maximiano Hijón dejó no fue solo la construcción de nuevos edificios, sino que también fue uno de los precursores de la conservación de monumentos, siendo miembro de la Comisión de Monumentos Histórico Artísticos de Navarra, donde, en colaboración con importantes firmas como Juan Iturralde y Suit o Pablo Ilarregui será quien firme la revocación de la Desamortización del Monasterio de Leyre, evitando así que este fuese destruido. También trabajó en la conservación de la Ermita de Eunate y del Edificio de la Cámara de Comptos. Su nombre aparece en muchas actas de esta comisión, asistiendo a diferentes actos relacionados con monasterios desamortizados en la Comunidad.

Ruinas del Monasterio de San Prudencio de Monte Laturce. BCE


Hijón permanecerá en Pamplona al menos hasta 1867, cuando vuelve a Logroño, sin embargo, deja importantes contactos con sus colegas navarros, con los que se escribe cartas, en las que, por ejemplo, señala su afición a la numismática.

En Logroño, será nombrado Arquitecto Provincial, además de actuar como municipal cuando el cargo se encuentra vacante. También trabajará como Arquitecto de la Diócesis, realizando una importante labor de recuperación de numerosas iglesias en diferentes lugares que formaban parte de la Diócesis en esos momentos.

Planos de recuperación de la torre de la Iglesia de Munilla, obra de Hijón. Archivo Diocesano de Calahorra


Una vez en Logroño, Maximiano Hijón se casará en la iglesia de Palacio con su sobrina Estéfana López Corona. La encontraremos, junto a su hermana Rosa participando en las fiestas y veladas que Hijón ofrecía en su casa y que gozaban de un gran interés por sus conciudadanos. Tras la muerte de esta en 1882, Hijón se casará con Rosa López Corona, su hermana, siendo esta vez la Basílica de San Agustín de Roma el escenario de este enlace.

Pese a residir en Logroño, Hijón será llamado en 1884 por el Crédito Navarro para que diseñe un nuevo edificio de viviendas que se ubicará en el número 44 de la Plaza del Castillo. Como ya había hecho con el Instituto de Segunda Enseñanza, empleó una estructura metálica, realizada en Bélgica. Tras la construcción del nuevo edificio, en su primer piso se instalará la Sociedad Nuevo Casino Principal, heredera del Casino Principal y en sus bajos abrirá sus puertas el Café Iruña, también atribuido a Hijón. En la decoración del edificio, podemos ver elementos característicos de la obra de Hijón, así como otros que bien podrían haber sido tomados en su viaje a Italia.

En 1887, Hijón será el encargado de construir unas escuelas municipales para la localidad de Tafalla, las cuales se encuentran en la actualidad en la Ikastola de ese municipio.

Tras una prolífica vida, Hijón murió en Logroño el 12 de julio de 1891 en su casa de la Calle Herrerías. Su fallecimiento fue muy notado por toda la sociedad del momento.

Casa de Hijón en la Calle Herrerías de Logroño. BCE

Tumba de Hijón en el Cementerio de Logroño. BCE


Hasta el momento, no se había identificado a Hijón en ningún retrato o fotografía, sin embargo, gracias a la investigación de Bruno Calleja Escalona, se ha podido identificar un retrato, realizado posiblemente por Constancio López Corona y custodiado por el Ayuntamiento de Logroño, en el que se representa a Hijón portando en su mano el plano del Salón del Trono del Palacio de Navarra. También, Hijón ha sido identificado en un dibujo realizado en 1864 por Juan Iturralde y Suit en una excursión al Monte Aralar.


Firma de Maximiano Hijón.

Retrato de Hijón, depositado en el Ayuntamiento de Logroño