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miércoles, 30 de noviembre de 2022

De la Pescadería quedó el pescado

La calle Sagasta es la calle más moderna del Casco Antiguo Logroñés. Su construcción fue la obra más destacada de la ciudad decimonónica. Sus casas llevan la impronta de los arquitectos más importantes del Logroño de la época. El número 7, acogió uno de los negocios más carismáticos de la ciudad, Pescadería Suso, que cerró sus puertas en 2004.

La historia de la casa que hoy lleva el número 7 de la calle Sagasta empezó en 1887, cuando la casa era propiedad de Evaristo Aguirre y llevaba el número 6 de la calle de los Abades. El 2 de diciembre de este año, el propietario pide autorización al Ayuntamiento para reformar la casa preexistente. El proyecto será autorizado al día siguiente. Luis Barrón será el encargado de la realización del proyecto.  

A mediados del siglo XX, en el bajo de este local se abrió la Pescadería Suso, que pronto destacó por vender productos de marisco como percebes o angulas, por entonces no muy conocidos en la ciudad durante las fiestas navideñas. Estos productos fueron muy apreciados por los clientes, por lo que su popularidad pronto llegó a toda la ciudad y alrededores.

En 1966 Moisés Suso, propietario del bajo, pide autorización al Ayuntamiento para reformar la pescadería que tiene en el entonces número 11 de Sagasta. Las obras supusieron, sobre todo, unas óptimas condiciones de salubridad, además de la sustitución de mobiliario e iluminación.  Además, se reforma la fachada, colocando una escultura de un pez sobre la fachada de la tienda. El encargado de realizar este proyecto fue el arquitecto Fidel Ruiz Río. La pescadería era atendida por el propio Moisés Suso y su mujer, María, junto con algunos empleados. La aceptación de sus productos era muy buena, contando con mucha clientela, entre ellos, la vecina cafetería Granja de Oriente. Sus productos fueron referentes para la ciudad y la gente que venía de los pueblos. El tamaño del local, obligó a realizar una tienda de un tamaño muy pequeño, con un mostrador en el que se exponía el pescado fresco, congelado y los mariscos. Este, en poco tiempo, fue uno de los elementos distintivos de esta pescadería, que permaneció abierta hasta finales del siglo XX, cuando se vuelve a pedir licencia de apertura en 1995, después de unos años sin actividad. Esta llegará en el año 1996. Los propietarios serán los hijos del matrimonio fundador.

Tras este breve periodo de tiempo, la pescadería cerró de forma permanente en el año 2004. Un tiempo después, en el año 2007, el local se volvió a abrir como chuchería. Un año antes, se había reformado el escaparate, puertas e interior, cambiando la disposición de la pescadería. Posteriormente, el local acogió una peluquería, una crepería y desde el día 23 de abril de 2022, el histórico local acoge la librería Castillo de Libros.

Pese a todos los cambios sufridos, la pescadería dejó su impronta en la fachada, pues el pescado tallado en la fachada, sigue en su lugar, recordando a mucha gente la presencia de este histórico y popular negocio.

Pescadería Suso en los años 80 (Foto Facebook)


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Tiermas, historia de unas aguas

El agua, desde tiempos ancestrales ha sido un elemento mágico, con poderes sobrenaturales, curativos... Los romanos fueron los primeros en canalizar y aprovechar el poder de las aguas de Tiermas. 

Tiermas, en la actualidad pertenece a Zaragoza, y con la construcción del Embalse de Yesa perdió a todos sus habitantes. Pero, hemos empezado su historia por el final.

Para comenzar a estudiar la historia de Tiermas, hemos de fijarnos en su nombre. Rápidamente se nos vendrá a la cabeza la palabra Termas. Es precisamente en unas termas donde surge la vida en este lugar. En la Edad Antigua, primer momento del que conocemos fuentes escritas, este área se encontraba dentro del Territorio Vascón, según los estudios realizados, en la calzada que unía Pompaelo (Pamplona con Iaca (Jaca). Este área se encontraba muy romanizada, muestra de ello son las villae aparecidas en Artieda, Ruesta, Escó... Además, de los restos de una importante población en el Forau de la Tuta (Artieda).

En el Barrio Bajo de Tiermas también hay constancia de restos romanos, el más importante, una piscina circular, restos de calzada, monedas y una canalización de agua. Pero, aún así, Tiermas no aparece mencionado por ninguno de los autores clásicos. La cronología de este asentamiento, según el Libro de Los Vascones, de Mª Jesús Peréx Agorreta, es de época alto imperial, manteniendo su uso hasta el siglo III d.C., cuando las incursiones de los pueblos germanos, se ceban en el Valle del Ebro, saqueando e incendiando todo lo que encuentran a su paso. Con la llegada de la Edad Media, este lugar se convierte en la marca entre el Cristianismo y el Islam, cuyas contiendas quedan reflejadas en villas fortalecidas, castillos... El primer asentamiento con el nombre de Thermes, creado al final de la época Romana, pero con desarrollo medieval, se sitúo junto a las aguas termales, a la vera del río Aragón. Este asentamiento se correspondería con el Barrio Bajo.

El Barrio de Arriba, la Tiermas actual no se fundará hasta el reinado de Pedro II de Aragón. Este rey dará al lugar el nombre del pueblo ya existente, Therma y además, concederá a sus habitantes el Fuero de Ejea el día 11 de agosto de 1209. La fundación de Tiermas no fue casualidad. Esta construcción se concibió como defensa de la marca con el reino de Navarra, por ello, se fortificó con una muralla, caballerizas y torres en el siglo XIII. Uno de los elementos más destacables de esta fortaleza, es el Arco de la Bruja, una puerta con un arco ojival, encuadrada en un torreón cuadrangular. Su nombre se debe a una leyenda que decía que cuando el viento azotaba a Tiermas, se oían unos ruidos en él, y se atribuyeron a una bruja.

La posición estratégico, hizo que el lugar sufriese diferentes asedios y ataques. Uno de los más notorios fue el que aconteció en 1366, cundo Tiermas es cercada y sus vecinos mueren defendiendo el lugar, antes de ceder el castillo.

Con el avance de la Reconquista y la consolidación de las fronteras, Tiermas fue perdiendo importancia y se consolidó como Villa. Eclesiásticamente, estaba bajo dominio de Leyre y San Juan de la Peña.

Durante la Edad Moderna no tiene ya tanta relevancia. Habrá que esperar a las Guerras Napoleónicas y Carlistas para volver a conocer datos sobre Tiermas. Durante estos conflictos, el lugar sufrió diferentes ataques.

Precisamente, a finales de la Edad Moderna y principios de la Contemporánea, se recuperó el uso de las aguas. Poco a poco, las aguas de Tiermas fueron tomando cada vez más importancia por sus poderes curativos. Estas aguas contienen sulfuros y sodios, que hacen que tengan propiedades curativas. En 1888, se reinaugura el Balneario, tras cambiar de dueño y construir unas nuevas instalaciones. Su nuevo propietario fue Luis Casals Ferrer. Poco después, dada la buena aceptación de los Baños, se construye un hotel enfrente. Este hotel se inaugurará el día 18 de julio de 1908. La hermana de Alfonso XIII, La Infanta Isabel será la encargada de llevar a cabo el acto. Además, la presencia de tan notoria autoridad en la inauguración, lleva a los responsables del Hotel a cambiar el nombre de “Gran Hotel” a “Hotel Infanta Isabel” Este hotel contó con todos los lujos de la época, salones, oratorio, sala de Lectura, Terraza, Jardines... E incluso una fonda para los huéspedes con menos poder económico. Dicho Hotel se comunicó con el Balneario con un pasillo voladizo de madera, que cruzaba sobre la carretera.

Durante los años 20, las buenas comunicaciones en autobús o coche de línea, hicieron que muchas personas pasasen por aquí a disfrutar de sus instalaciones y sus aguas. Algunas tan ilustres como Ramón y Cajal.

Las Aguas termales de Tiermas recibían distintos nombres, dependiendo del pozo del que saliesen. Algunos de estos nombres son: Aguas de Pilatos, Aguas del Obispo o Pozo del Infierno.

Estos años fueron de prosperidad para la villa de Tiermas, que tuvo escuela, ayuntamiento, e incluso oficina postal con matasellos propio. Tras la Guerra Civil, el lugar de nuevo, fue decayendo en popularidad. Hacia 1940, un incendio acabó con el Hotel Infanta Isabel. Su origen parece ser un cortocircuito. El hotel nunca se recuperó de este acontecimiento. El final del Balneario llegó en 1959, cuando se inauguró la Presa de Yesa, que inundó los campos fértiles y el Barrio Bajo de Tiermas. El pantano, además dio al traste con el Barrio Alto, que perdió a todos sus habitantes durante las últimas décadas del siglo XX.

Desde entonces, cuando las aguas de Yesa bajan lo suficiente, los restos del viejo Balneario de Tiermas emergen y con ellos, sus aguas. Estas aguas a día de hoy se siguen aprovechando por muchos bañistas que entre las ruinas del Viejo Balneario, lo devuelven a la vida.

En años venideros está previsto el recrecimiento de la Presa de Yesa. Esto supondrá que el Balneario de Tiermas se sumergirá aún más, siendo ya prácticamente imposible que vuelva a emerger. Si que se han plantado proyectos para recuperar las aguas en un nuevo balneario, aunque, de momento, son solo proyectos.







Diferentes postales de época que muestran cómo era el Balneario y el Hotel





Restos del Balneario y el Barrio bajo en 2022 (BCE)
Matasellos de Correos (sanfilatelio.afinet.org)






lunes, 14 de noviembre de 2022

Adiós a 114 años de historia en Logroño

 114 años después de su apertura, las puertas del Gurugú están a punto de cerrar. Con ellas, concluirá la historia del bar más antiguo de Logroño.

Las primeras noticias sobre la existencia de este bar se remontan al año 1909. Su fundador fue un militar regular, procedente de Melilla. Precisamente, uno de los puntos más importantes de esa ciudad autónoma es el Monte Gurugú, lugar de confrontación entre los españoles y los rifeños.

Tras unos años al frente, su fundador, cuyo nombre desconocemos, traspasó el bar a Isaac Fernández, que será el segundo de los propietarios. El bar Gurugú permaneció abierto durante la Guerra, siendo un importante lugar de paso de los soldados que estaban acuartelados en Artillería. También, era un lugar de reunión durante las fiestas mateas, pues los aficionados a los toros, hacían aquí una parada al bajar a la Manzanera y a la subida. También las peñas visitaban el café, cantando canciones populares, mientras se preparaban para bajar a los toros.

Pepe Blanco era uno de los clientes asiduos. También, por su barra pasó el torero Manolete, además, en el Gurugú se reunían grupos anarquistas de forma clandestina. Además, miembros de las diferentes corporaciones municipales, pasaron por allí, por la proximidad del Ayuntamiento.

Posteriormente, el Gurugú se traspasó a Demetrio Garrido, que finalmente lo pasó a su sobrino Demetrio que junto con Santiago Iturrioz han sido los encargados del bar durante los últimos 37 años. En la cocina, el alma mater y mujer de Santiago, Begoña, ha preparado los apreciados callos, además de las orejas de cerdo, que suplieron las antiguas tortillas de patata y chorizo que se servían anteriormente.

En 1986, con el último traspaso, el bar es reformado, eliminando las lámparas y botelleros, además de las escayolas. Igualmente, se reformó la barra y los carteles. En esta obra, los albañiles tiraron a la basura un viejo reloj, realizado por encargo para el bar, que un sacerdote de Calahorra devolvió al bar muchos años después.

La presencia eclesiástica también ha sido importante, pues la cercanía de la delegación de misiones, hacía que muchos pasasen a tomar un refrigerio. En 2012, el padre de Angelina Jolie, pasó por el bar Gurugú.

En el 2022, Santiago Iturrioz y Begoña son los últimos habitantes de una casa también centenaria. En este año, la trayectoria del Gurugú ha sido distinguida con dos palillos. La nochevieja de este 2022, marcará el ocaso del bar más antiguo de Logroño, con la jubilación de Santiago Iturrioz.


Barra del Gurugú

Bar Gurugú

Reloj personalizado


Reconocimiento a comercio centenario




Sello del bar

Antigua imagen del bar en 1943