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jueves, 7 de agosto de 2025

Chalet Calle Santa Isabel

Calle Santa Isabel,al fondo el Chalet. Fuente: Mi Logroño de Cristal

Vista del Chalet. Colección Bruno Calleja Escalona



 

Logroño no pudo construir fuera de sus murallas hasta que, en 1861, no se autorizó su derribo. Tras este, la ciudad de Logroño empezó a crecer hacia el sur, junto a la Carretera de Soria. La llegada del Ferrocarril a la actual calle Gran Vía supuso otra barrera para su expansión que tuvo que esperar a 1958 para poder saltar definitivamente.

Al sur de las vías, se construyeron fincas con chalets de estilo decimonónico. Los más conocidos son el que se ubicaba en el actual Parque Gallarza, el perteneciente a los propietarios de Zapatillas Fernández, en el Parque del Carmen o el que se ubicaba en la Finca de Santa Isabel. Esta finca era una de las más grandes de la zona. El Chalet de Santa Isabel se encontraba rodeado de grandes jardines. La importancia este chalet, entre otras cosas, viene dada porque entre sus muros se ubicó un colegio.

El Chalet tenía tres pisos de altura, colocándose en el segundo nivel un balcón. El tercer piso se realizaba a dos aguas, que sustentaban el tejado.

En 1948, el camino que da acceso al Chalet de Santa Isabel se convierte en la Calle Santa Isabel, mientras se buscaban algunos usos para el chalet y la finca.

El 13 de julio de 1956, se adquirió el edificio con todos los terrenos por los Padres Escolapios. El 2 de octubre de 1962, se inaugura el colegio que poco a poco va ampliando los espacios para crear clases que acogiesen a los alumnos de primera enseñanza (4 a 8 años). La popularidad del Colegio de Santa Isabel llegó a plantear que se convirtiese en una sucursal del Principal, aunque no se consiguió, y poco a poco el colegio fue decayendo, hasta cerrar sus puertas en 1973, tras haber contado con más de 400 alumnos.

Tras el cierre del Colegio, el Chalet es derribado para dar paso a la actual Calle Menéndez Pelayo y a las nuevas edificaciones residenciales que se construyeron en el solar del Chalet y los jardines.

Durante la estancia del Colegio en la finca, el antiguo camino de acceso se convirtió en una calle con edificios y perdió la forma de camino particular. La Calle Santa Isabel tenía como cierre el chalet, que contrastaba con los bloques de viviendas, más altos y uniformes entre sí.

En la actualidad, únicamente el nombre de la calle y su trazado nos recuerdan a lo que antaño estuvo construido.

 

sábado, 7 de junio de 2025

Edificio de Correos de Logroño

 Logroño ha quedado ligado a las innovaciones postales, pues Cosme García, un logroñés fue quien inventó el primer matasellos de la historia. Pese a este importante avance, Logroño tendrá que esperar hasta 1919 para tener un proyecto para la construcción de uno de los nuevos edificios postales que ya se estaban construyendo en toda España. El lugar elegido fue el solar que había dejado el Convento de las madres Agustinas Ermitañas, en el Callejón de San Agustín y junto al Palacio del General Espartero y la Fábrica de Tabacos. Por ello, el edificio a construir debía ser un edificio acorde a sus vecinos. El Proyecto elegido fue el que los arquitectos Cayo Redón y Rafael Valdés plantearon. Su proyecto era un edificio neobarroco, con dos torreones y diferentes ornamentos. Dicho proyecto se empezó a construir el día 17 de mayo de 1927. La obra se prolongó hasta la IIª República, bajo la dirección de Agapito del Valle y construido por Víctor Etayo. El edificio se inauguró el día 23 de mayo de 1932. El acto fue solemne, con las autoridades locales y estatales, que realizaron una visita al nuevo edificio y una comida después.

Dibujo de la antigua Oficina de Correos de Logroño, ubicada en el actual número 1 del Muro de Cervantes.
Edificio de Correos de Logroño en los año 1940. Postal

Una de las primeras marcas que se conocen ya en este edificio es el rodillo que promociona los productos riojanos con un llamativo texto: “¿No probó los productos riojanos,? ¡¡¡Lástima!!!”. Además de este rodillo, se siguieron usando los matasellos fechadores con forma circular, en los que en la parte superior se lee “Logroño” y abajo, el código postal, entonces, el 28.

Además, el edificio contó en estos años con un matasellos fechador de certificados en el que podemos leer la palabra “Certificado”, en la parte alta, la fecha en medio y abajo la palabra “Logroño”. Al igual que otras comunidades, Logroño debió de contar con un matasellos de  Valores Declarados, aunque no se conserva ninguna carta con dicha estampación. Durante la Guerra Civil, en el Edificio Postal hubo matasellos con marcas de censura militar del gobierno sublevado. Estas marcas eran alargadas, conteniendo en su interior las palabras “Censura Militar” y “Logroño” y algún lema en referencia al bando nacional. Al finalizar la guerra, algunos matasellos siguieron siendo usados y poco a poco, con el uso se fueron deteriorando. Los cambios fueron mínimos y muy concretos en algunas marcas.

 El edificio en los año 30. Postal

Con la llegada de la Democracia, el edificio de Correos cambió las marcas. La aparición de una nueva sucursal en el Pabellón Postal de la estación de tren, hizo de la oficina de San Agustín la Oficina Principal y esto se plasmó en los matasellos. El sello de fechas lo reflejó, con esta denominación en la parte alta. Otro importante cambio fue el código postal, que pasó del 28 al 26. El Certificado también añadió la denominación de “Oficina Principal”. Pero el Edificio Postal también amplió su actividad y llegó a contar con “Servicio Filatélico”, que tuvo un matasellos propio. Este nuevo matasellos tenía forma circular, con el anagrama de Correos en el centro y una fecha, rodeado de las palabras “Servicio Filatélico Logroño” En los últimos años, Correos cambió los matasellos con la denominación “Correos y Telégrafos”, con el nombre de Logroño y el código 26, siendo este usado hasta la actualidad.

Correos, en el año 2002, emitió una ATM con la imagen exterior de este edificio. Tuvo una larga tirada y se mantuvieron en circulación durante muchos años.

En el exterior, la Casa de Correos no tuvo grandes cambios durante todos los años que acogió el servicio postal. Su interior si sufrió algún cambió más, aunque algunos de los elementos más significativos se mantuvieron. Un ejemplo de ello son los azulejos de la escalera, obra de Cerámicas Riojanas, que representaban un castillo y un león sobre un fondo azul. Obra de esta misma empresa fue un azulejo de una Diligencia Postal, que estuvo colocado en la oficina postal y muy admirado en la época y del que no se conservan más datos.

 Interior del edificio de Correos. Años 1930. Museo Postal y telegráfico de Correos


Como lugares y elementos de este edificio, destaca: La oficina, el lugar más frecuentado por los ciudadanos, era el lugar donde se enviaban y recibían los Correos y Telégrafos que daban nombre a la compañía. Con el paso del tiempo, solo se realizaban Correos y los telégrafos se gestionaban desde el primer piso. Este edificio se convirtió en la oficina de Correos más céntrica de la ciudad y a donde acudían la mayoría de los ciudadanos a realizar sus gestiones postales. En la fachada de la Calle Portales, antaño (General Mola, Calle de la República y Calle del Mercado), se situaba una de las figuras más emblemáticas de la Ciudad, el león-buzón Rodolfo, un rostro de un león con gesto simpático y con la boca abierta, dispuesto a “comerse”, todas las cartas que los usuarios depositaban en él. Su nombre le fue dado por los niños en relación a la artista de televisión Maricarmen y sus muñecos y su mascota, Rodolfo. El edificio postal continúo cumpliendo su función hasta principios del siglo XXI con algunas reformas.

  Varias personas posan en el patio de operaciones del edificio. Museo Postal y telegráfico de Correos

Fue en el año 2003 cuando unas catas de cimentación, advirtieron que el edificio se encontraba en un grave riesgo y se procedió a restaurarlo. Dicha remodelación dio al traste con los azulejos de la escalera, que fueron arrancados y destruidos. Unos pocos fueron entregados al Museo de La Rioja, que los guarda en sus archivos.

La oficina postal se trasladó temporalmente al número 40 de la Calle Pérez Galdós. Dicho traslado se estimó que duraría un año, aunque con el tiempo fue definitiva. En la actualidad, esta oficina se ha vuelto a trasladar a la calle 11 de junio. Mientras tanto, el antiguo edificio postal de la Plaza de San Agustín, tras muchos trámites y adversidades, fue vendido para que se transformase en un hotel de lujo, que se ha empezado a construir en el año 2019. La reforma ha acabado aún más con el edificio. Las torres han sido derribadas sin contemplaciones, junto con sus ornamentos y adornos. La terraza y la buhardilla han corrido el mismo destino, al igual que todos los espacios interiores se han perdido víctimas del “progreso”. El proyecto del Hotel apenas conserva elementos históricos aparte del león Rodolfo. Los azulejos, la escalinata, los muebles, las mesas, el reloj... han sido borrados físicamente, pero no sentimentalmente, pues muchas personas siguen manteniendo en su memoria los elementos que hacían de aquella oficina algo único. El edificio de Correos. Biblioteca de La Rioja

Las únicas fotografías conocidas de este edificio, conservadas en el Mueso Postal y Telegráfico de Correos fueron publicadas por primera vez en el número 4 de la Revista Humanístico-Literaria Lararium.

En la actualidad, el edificio se ha reconvertido en un hotel.

(Texto de este autor publicado en 2019 en la revista Sellos y Más)

viernes, 18 de abril de 2025

Guardián del Seminario

 

La Casa del Guarda hace algunos años. BCE

La conocida como Casa del Guarda, ubicada en la actual avenida de la paz y derribada en el año 2009, la Casa del Guarda era una de las construcciones más antiguas del recinto del Seminario Conciliar.

El proyecto de traslado del Seminario Conciliar de Logroño del Espolón a las fincas de Lobete y Valderna dio como resultado una de las mejores muestras de arquitectura del siglo XX Logroñés. Dentro de este proyecto, nos encontramos con la reforma de la Casa del Guarda, una edificación de planta cuadrangular, ubicada en el muro norte de la tapia de Seminario, que ya existía anteriormente. Según Felipe Abad León, esta construcción, realizada en adobe y revestida posteriormente, adaptándose al estilo constructivo de los nuevos edificios.

Se trataba de una construcción sencilla, de planta cuadrangular, con tres pisos de altura, que, en un estilo ecléctico, combinaba ladrillo, piedra y otros materiales. Su decoración más señalable eran los cuatro pináculos, que remataban sus esquinas. El contratista encargado de la renovación de su imagen fue Ángel Macazaga, el mismo que realizó la obra del Seminario. En 1930, llega el primer guarda, Juan Azcona y otros empleados eclesiásticos.

Esta casa, se encontraba rodeada por los jardines del Seminario, creando un bonito paisaje de acceso al recinto.

La construcción cumplió con su misión durante muchas décadas, hasta que, la ciudad en expansión, llegó al entorno del Seminario. La construcción de Avenida de la paz, hizo que la Casa del Guarda se convirtiese en un obstáculo para la nueva avenida, por lo que, en el año 2003, se decide derribarla para ampliar la acera. Sin embargo, el proyecto se rehace, planteando diferentes alternativas para salvarla, sin embargo, finalmente, el 6 de agosto de 2009, la Casa del Guarda es derribada, retranqueando la tapia del Seminario y ensanchando la acera.

domingo, 1 de diciembre de 2024

El Palacio de los Chapiteles de Logroño

 Ubicado en el arranque de la calle Portales, el Palacio de los Chapiteles es una de las construcciones más destacadas del Casco Histórico de Logroño. Hoy en día, sede del Instituto de Estudios Riojanos y de la Dirección General de Cultura y hasta hace no muchas décadas sede del Ayuntamiento de Logroño.

Los orígenes del edificio se remontan al siglo XVI, en un contexto urbano muy diferente. El cerco amurallado recorría la actual Muro del Carmen, Rodríguez Paterna y el Muro de Cervantes. En la confluencia de las tres calles se ubicaba la Puerta de la Herventia, uno de los arcos de entrada a la ciudad. Las primeras referencias que conocemos al edificio que hoy ocupa el número 2 de la calle Portales se remontan al siglo XVI, cuando la familia Jiménez de Enciso, en concreto Pedro Jiménez de Enciso, construye esta casa, con un aspecto muy diferente al que hoy conocemos. La documentación nos describe que en el interior había habitaciones dedicadas a escritorios, capilla, entre otras. La documentación también menciona la existencia de dos pequeñas torrecillas en una de las fachadas, que fueron construidas en 1575. La fachada principal tenía una puerta en forma de arco de medio punto. En el último piso había una galería bajo los torreones. En el centro había un patio interior. La planta noble era la primera, que se decoraba con los muebles más suntuosos y ricos. Había un salón y una biblioteca con libros. En esta planta se guardaron algunas tablas de retablo que la familia tenía en la Redonda mientras esta estaba en construcción. En el primer piso había habitaciones, que estaban articuladas en torno al patio central, ubicando el Salón Principal en la fachada a la Herventia. Este modelo de construcción no es muy diferente al que se estaba realizando por la nobleza en esos momentos en todo el territorio español. La zona cambió mucho al colocarse en 1572 el Ayuntamiento en el Edificio de El Portalón. Durante el siglo XVII, la zona de nuevo sufrió un cambio al construirse una nueva manzana de casas enfrente. Igualmente, las casas colindantes también sufren cambios, que no eclipsaron el poder económico de la familia de los Jiménez de Enciso, que seguían manteniendo su residencia en este edificio. El nombre de Palacio de los Chapiteles procede de este siglo, cuando se colocan estos característicos remates sobre los dos torreones de la fachada de la calle Portales. Durante estos años, se abre al este del edificio una nueva calle, San Isidro, al desaparecer la primigenia muralla y erigirse la antigua Casa de Correos. En el vecindario del año 1771, la casa es propiedad de Bartolomé de Vidaurreta, descendiente de los Jiménez de Enciso. En 1753 se reconstruye la fachada de la Herventia. Los cambios se consolidan en el siglo XIX, en concreto tras la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas. El 17 de mayo de 1862, el Ayuntamiento se hace con la casa para colocar en ella la sede del Ayuntamiento. también Sus interiores son remodelados, adaptándolos al gusto decimonónico y al uso municipal. En ese mismo año también se eliminan los viejos muros y con ellos la Puerta de la Herventia. A mediados del siglo XIX, se realizan las Alineaciones, llevadas a cabo por diferentes arquitectos, que derribaron muchas de las casas colindantes a los muros, dejando más visible la nueva casa consistorial. El siglo finalizó con la desaparición del Convento de los Carmelitas en 1895. Durante estos siglos, las dependencias interiores del edificio cambiaron sustancialmente, llegando a desaparecer el patio a mediados del XIX para colocar en él la escalera. El día 2 de junio de 1902, se eliminan los Chapiteles originales de las torrecillas. Durante todo el siglo, el edificio sufrió reformas para adecuarlo a las necesidades del Consistorio. En el año 1980, el Consistorio se va y el edificio se transforma en sede del Instituto de Estudios Riojanos tras una profunda reforma interior y exterior. En el 2010, los Chapiteles volvieron a su posición original.





viernes, 22 de noviembre de 2024

Vigilando la ciudad de Logroño

 

La torre del Telégrafo hace unos años. Jesús López

Ubicada en el punto más alto de la ciudad, situada en la actualidad junto a unas antenas de radio, el barrio logroñés de El Cortijo conserva en su término una Torre de Telégrafo Óptico, erigida en el siglo XIX.

El Telégrafo Óptico fue uno de los más importantes inventos de finales del siglo XVIII, principios del XIX. El primer mensaje por este medio se envió en 1794 por la Convención Francesa y rápidamente se extendió por Europa. En 1831, en España se construye la primera línea telegráfica óptica a modo de prueba entre Madrid y Aranjuez. En la misma década, se empezaron a construir otros tres enlaces telegráficos. El 1 de marzo de 1844, se construyó la primera línea telegráfica entre Madrid y Francia con ramales, inaugurada el 28 octubre de 1846. En 1836, Manuel Santa Cruz, un general liberal construye un nuevo ramal telegráfico que llega a Logroño, Vitoria y Pamplona para poner sitio a los Carlistas en Estella. Con el paso de los años, se añadieron nuevas líneas nacionales para conectar ciudades como Valencia, Andalucía y Barcelona, aunque muchas de ellas no se terminaron de construir. Estas líneas no eran de uso civil. Las líneas contaban con torres que emitían los mensajes, pero las líneas no podían usarse de noche ni con fenómenos meteorológicos adversos. A finales del siglo XIX, la Telegrafía Óptica desaparece, tras una decadencia de varias décadas, producida por sus limitaciones y retrasos a la hora de entregar los mensajes y otros avances como el Telégrafo Eléctrico. Entre 1855-1857 se dejan de usar las líneas ópticas, aún sin terminar de construir. En 1874, la línea del Norte se vuelve a poner en macha con el proyecto de Mathé pero pronto desaparecerá.

Una de las torres del Telégrafo Óptico es la que se ha conservado en el barrio logroñés de El Cortijo. Construida en 1836-1837, en el contexto de la I Guerra Carlista y dentro de la línea ideada por Manuel Santa Cruz, sigue el patrón de construcción con dos pisos, fortificada y situando el telégrafo en el último nivel. En ella vivían un sargento, siete militares y un telegrafista, que debía superar un examen. Su telégrafo recibía los mensajes de las cercanías: Laguardia, Viana y la Torre de la iglesia de San Bartolomé de Logroño, a dónde se orientan sus ventanas. Tras el abandono de la línea telegráfica, la torre cayó en desuso y se fue degradando hasta quedar en pie únicamente sus cuatro paredes con sus ventanas, vanos y puerta. El edificio es conocido por la gente del barrio como El Castillo.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Historia perdida en Herrerías, 20

 

Sepultada por el paso del tiempo, olvidada en las crónicas históricas y víctima de la piqueta hace más de cien años, la casa que ocupó el actual número 20 de la calle Herrerías reclama su lugar en el pasado de la ciudad al identificarla en el día de hoy en una fotografía que nos permite ilustrar y conocer un poco más su llamativa arquitectura.

Los orígenes de esta casa se remontan al siglo XV, cuando se construye la parte inferior, realizada en piedra de sillería en la que destaca su portada, de estilo gótico, con una rica ornamentación en forma de líneas curvas formando un arco lobulado, con unas decoraciones humanas en sus lados y un escudo en la clave. En el muro se colocó una ventana, de la que tampoco se descuidó la decoración. Contó con otros dos pisos de altura realizados en ladrillo, que posteriormente se habían enlucido.  En su interior, contó con un patio. Poco sabemos de sus primeros habitantes y de sus primeros pasos en la historia de la ciudad.

En el vecindario de 1772, primero de la ciudad, menciona esta casa, a la que le asigna el número 238, que queda reflejado en el azulejo con un número azul que se ubicaba en lo alto de su portada. La documentación la señala como propiedad del Convento de Madre de Dios. Añade que en ella vive Lorenzo Santos, de profesión panadero. Es posible que este convento se hiciese con la casa a través de alguna donación o herencia.

Tras la desamortización, la casa pasó a manos particulares. En los nuevos padrones, la casa recibe el número 34, numeración que mantendrá hasta su derribo. En 1900, Luis Barrón levanta un plano de esta casa, siendo propietario Julián Tuesta. En 1903, este mismo arquitecto levanta un plano de reforma integral de la fachada y colocación de un piso más y una buhardilla. De esta nueva vivienda conservamos documentación en el Expediente HA8681, del Archivo Histórico Provincial de La Rioja.  Esta documentación comienza en 1909, cuando se registra de nuevo como propietario de la casa a Julián Tuesta, que la había adquirido a Amós Castroviejo. Todos los pisos de la casa se encontraban alquilados. Además, en este documento, nos menciona que hay un horno en el primer piso. En 1914, la situación permanece similar, habiendo cambiado los inquilinos de los pisos, añadiéndose además que la casa se reedifica.

En el año 1903, Aurelio de Colmenares y Orgaz, Conde de Polentinos, fotógrafo que construyó un considerable archivo en las primeras décadas del siglo XX. Una de estas imágenes es la que de momento es la única fotografía conocida de la casa Herrerías 20 (Por entonces 34), durante la visita del rey Alfonso XIII a nuestra ciudad, entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre de 1903.



La casa en 1903, poco antes de su derribo (Aurelio Colmenares y Orgáz)


Plano de la casa, realizado por Luis Barrón (AML)


Dos vistas del lugar en la actualidad






lunes, 14 de noviembre de 2022

Exposición de fotografías de Logroño

 A partir de hoy y hasta el día 25 de noviembre, la Asociación de Vecinos de San Antonio de Logroño ha realizado una exposición de fotografías de Logroño, tomando como base las dos partes del libro ¡Cómo hemos cambiado!, el Logroño de ayer y de hoy, escrito por Bruno Calleja Escalona.

La exposición concluirá el día 25 de octubre con la presentación de los dos libros ya publicados a las 19:30 en la sede de la Asociación.