Situado aguas arriba, pero dentro del término municipal de Logroño, se construye el que puede ser el puente más antiguo de la ciudad de Logroño. Hablamos sin duda del Puente Mantible declarado Bien de Interés Cultural en 1983 y del que hasta 2021 subsistían dos arcos, uno en la ribera logroñesa del Ebro y otro en la vasca. Ahora solo queda el alavés.
La denominación de Puente Mantible (Puente Viejo) aparece en
dos puntos de la geografía española, uno en Logroño y otro en Garrovillas de
Alconétar (Cáceres).
Las leyendas sobre El Puente Mantible son muchas,
relacionadas con personajes como Carlomagno, Finebrás, … mencionados también en
un capítulo de Don Quijote de La Mancha y que da título a una obra de Pedro
Calderón de La Barca. Sin embargo, estas alusiones se relacionan con el
Mantible cacereño.
Menos resonada, pero no por ello menos importante, es la
historia del Puente Mantible riojano, aunque es un tanto complejo conocer sus
orígenes. Uno de los que se han propuesto es un origen romano, hacia el siglo
II d.C., aunque no hay certeza de este hecho. Esta teoría plantea que el puente
serviría para saltar el río, siguiendo una calzada procedente de Vareia y
Tricio. Otra hipótesis, retrasa hasta el siglo XI la construcción del puente.
Según esta propuesta, el Puente Mantible sería construido junto con el de
Puente la Reina (Navarra) bajo el reinado de Sancho III El Mayor, en un
proyecto para conectar Pamplona y Nájera.
Una tercera hipótesis plantea que el Puente Mantible fuese
una construcción romana, reformado en la Edad Media.
El número de arcos también ha sido discutido, proponiendo
una construcción con seis o siete arcos de medio punto con diferentes alturas,
colocando el primero en una colina. Con un cauce normal únicamente los dos
primeros arcos quedarían sobre el río.
En el siglo XII, el Puente Mantible queda inutilizado por
algún motivo desconocido, aunque lo más probable parece ser una riada. En el
año 1095, tenemos la primera mención al Puente de San Juan (Puente de Piedra de
Logroño) en el Fuero de Logroño. Tras la destrucción en el siglo XII, el Puente
Mantible volvió a ser usado destruyéndose finalmente en el siglo XV en alguna
guerra. Recientes estudios señalan que el arco central fue dinamitado, dejando
en mal estado al primero.
Desde entonces hasta la actualidad, el Puente Mantible ha
subsistido parcialmente, exigiendo cada vez más una reforma que salve a este
huérfano monumento logroñés. Sin embargo, esta nunca llegó y el 25 de enero de 2021, el arco logroñés se vino abajo, dejando únicamente la pila y el estribo. Tristemente, en ese momento fue cuando se activó el protocolo de restauración por parte del Ayuntamiento, que plantea una reconstrucción que no suplirá la pérdida del original, pues únicamente será una copia.