En la actualidad, no queda nada de él, sucumbió víctima del paso del tiempo, tras haber servido durante siglos. Hablamos del puente romano, edificado entre los actuales barrios de Varea y Los Lirios. Los datos que disponemos de este puente sobre el río Iregua son muy escasos, sin embargo, en su tiempo fue uno de los puentes más importantes de Logroño.
Sabemos que los primeros habitantes de este lugar fueron los Berones, procedentes del poblado, supuestamente homónimo, de La Custodia, Viana. Fue, durante los tiempos prerromanos, un punto sin mayor relevancia, dado que las primeras fuentes históricas apenas se hacen eco de su existencia.
Fue construido para servir de unión a la calzada romana que
unía Caesaraugusta (Zaragoza) y Virovesca (Briviesca), cruzando sobre el río
Iregua, continuar por el margen del Ebro, llegando hasta el Puente Mantible.
Por él también pasaba la calzada que unía Vareia con Numancia, atravesando la
sierra riojana para adentrarse en la meseta. Se ha pensado que sobre los arcos
de este puente pasó Escipión y sus tropas, dispuestas a conquistar Numancia en
el año 134 a.C. También parece que estuvo en la ruta de Sertorio, disidente
romano en el año 77. Con la llegada de Augusto, la calzada se pavimentó y
mejoró. Este puente fue la primera construcción romana sobre el río Iregua. El
puente se mantuvo en uso durante muchos siglos. Se conocen noticias en el siglo
III, V y X de nuestra era. Desconocemos que avatares históricos sufrió este
histórico puente. En el año 1590, ya no está en uso, pues en ese año se
autoriza la construcción de Puente Madre, para dar paso al Camino Real. En el
siglo XVIII, el Puente es reconstruido. Sin embargo, otros documentos, parecen
hacer referencia a un paso de madera sobre las ruinas del histórico puente,
siguiendo el camino de Madre de Dios. En 1840, se pensó usar las bases de
piedra existentes para construir el puente de la carretera. El proyecto no se
realizó y las pilas de piedra, continuaron su proceso de degradación. En 1976,
las bases son redescubiertas, siendo estudiadas, para después ser arrastradas
por las aguas del Iregua.
Arquitectónicamente conocemos únicamente dos pilas datadas
del siglo XVIII y un fragmento de cemento romano. Por los documentos
históricos, sabemos que se trataba de un puente de piedra de sillería, con una
serie de arcos de medio punto, que arrancaban en la margen derecha del río,
donde han quedado unos restos, muy destruidos de este puente. Los arcos
tendrían una altura no superior al puente de la carretera actual y se
prolongarían hasta el inicio del barrio de los Lirios, sobre la finca de la
Fombera. En el río quedaban hasta hace no mucho los restos de dos bases, con
unos tajamares triangulares perfectamente reconocibles, en la actualidad, destruidos
por una riada del Iregua.
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