Corría el día 21 de enero de 1910 cuando Bonifacio Montalbo, alcalde de Ribafrecha salía de su casa en dirección al corral donde guardaba unas gallinas, con el fin de darles de comer. Esta es la última refrencia que se tiene a él.
El Ayuntamiento de Ribafrecha presentaba una situación adversa ya desde finales del siglo XIX, pues son muchas las noticias en las que se le requieren cuentas o informes, también varios concejales se quejan del funcionamiento y estado de la alcaldía de Ribafrecha. La tensión y el mal estar fue creciendo con el paso del tiempo, dándose casos como el del 12 de agosto de 1906 cuando se suspendió de sus funciones al secretario municipal.
Un año después, el 27 de enero de 1907 varios vecinos presentan firmas quejándose de la mala gestión que se está llevando en el Ayuntamiento de Ribafrecha, pidiendo que se haga pagar a todos los que tengan deudas y tratar así de recuperar la salubridad del Consistorio. En ese momento se presentaron doscientas tres firmas. Ante esto las autoridades volvieron a reclamar al Ayuntamiento y el 9 de febrero se cesó de nuevo al secretario, de lo que resultó que el Alcalde pide la dimisión al no encontrarse capacitado para poder desempeñar el cargo. Sin embargo los problemas internos en el Ayuntamiento continuaron, pues el 23 de marzo se requiere de nuevo al Consistorio para que presente el
La difícil situación que vivía este consistorio se mantuvo y se agravó en los años venideros, a la vez que la tensión entre los integrantes del mismo. En estas condiciones, el 16 de febrero de 1909 se abre el plazo de presentación de candidaturas para las listas electorales.
La situación estalló cuando el 27 de abril los liberales se quejan de que no han podido proponer candidatos para las alcaldías de varios pueblos, entre ellos Ribafrecha. Ante esta tesitura y unos días después, Bonifacio Montalvo García que posteriormente será alcalde de Ribafrecha y tres concejales más, remiten una carta al periódico quejándose del reparto de votos y concejales en ese Ayuntamiento. Sin embargo el descontento por esta misma causa también se dio en otros pueblos cercanos, que empezaron a poner en duda los métodos electorales que se venían aplicando desde mediados del siglo XIX.
Mientras tanto el 17 de junio de 1909 la prensa señala que el asunto de las listas electorales continuaba sin resolverse. Esto se solventó el 14 de julio cuando finalmente se anularon las elecciones en Ribafrecha y Ocón y tuvieron que volver a celebrarse. Esto supuso que fuese necesario presentar unas nuevas listas electorales con candidatos, que el 23 de julio se anularon, pidiendo que se eligiese a gente competente para formar parte del Consistorio. Esto llevó a Bonifacio Montalvo a pedir que se anulase la Junta Electoral. El 5 de agosto se atendió su propuesta anulando a la citada junta.
Las elecciones se realizaron en un ambiente de tensión en el que la Guardia Civil tuvo que estar presente. En ellas ganó la formación liberal con su candidato Bonifacio Montalvo, llevando a juicio a la anterior Junta Electoral, acusándolos de corrupción.
Con estos resultados, el 4 de septiembre se pidió que se conformase la corporación y el día 30 de septiembre se dieron por válidas las elecciones, sin embargo la tensión ya es dueña del Ayuntamiento pues el anterior alcalde no quiere dar paso a la nueva corporación elegida. Este asunto fue puesto en conocimiento de instancias nacionales y finalmente el día 19 de octubre se constituyó el Ayuntamiento, al acto acudió el Gobernador Civil dada la difícil situación que se estaba viviendo.
Mientras esto ocurría, las diferencias entre los concejales del Ayuntamiento fueron incrementándose, llegando a dudar unos de la capacidad de los otros y la tensión municipal se mantuvo durante un tiempo haciendo muy difícil el correcto gobierno de ese Ayuntamiento.
El día 21 de enero de 1910 se daba la noticia de que había desaparecido Bonifacio Montalvo García, Alcalde de Ribafrecha. La prensa señala que entre las siete y las ocho de la mañana, el Alcalde acudió a su corral donde daba de comer a las gallinas, perdiéndosele allí la pista. Al hacer la investigación únicamente se encontraron las llaves del corral puestas por dentro.
El caso de la desaparición del Alcalde de Ribafrecha llenó hojas y hojas de periódico, contando muy diferentes versiones de un hecho que marcó a todo el pueblo y del que nunca se supo lo ocurrido.
La prensa del momento comenzó publicando diferentes testimonios, en los que se hablaba de que el cadáver había sido arrojado a un horno de yeso o a una cuba de vino. Otros hablaban de que el crimen se habría cometido en el cementerio y el cuerpo se habría colocado debajo del de una sobrina suya que había fallecido ese mismo día.
La noticia traspasó las fronteras de La Rioja, publicándose durante mucho tiempo en los periódicos nacionales. La investigación de lo ocurrido también cambió de mano en varias ocasiones, sin que ninguna llegase a dar con una explicación coherente de lo ocurrido.
En estos años, en España se está desmantelando el conocido como Sistema Canovista o de la Restauración que mantenía un turno de partidos, Conservador y Liberal en el poder nacional. Para conseguir este objetivo se recurría habitualmente al falseo de elecciones, utilizando la corrupción electoral. Aparte de restringir el sufragio, también se han documentado votos de personas fallecidas, la introducción en las urnas de más de una papeleta por persona o la colocación de estas en lugares inaccesibles, como en lo alto de los campanarios. Aún así, si no se recogía el resultado esperado, se vaciaban las urnas y se rellenaban con nuevas papeletas.
Este sistema permitió que se mantuviesen en el poder élites caciquiles que controlaban absolutamente todos los ámbitos de la vida. Con la llegada del siglo XX, este sistema corrupto se fue desmontando, pues poco a poco el sufragio se fue ampliando y fueron muchas las voces que reclamaban limpieza en las elecciones. Esto puso a las élites cada vez en una situación peor, pudiendo controlar cada vez menos el sistema. El caso de Bonifacio Montalvo es uno de ellos, pero no fue el único que alzó la voz contra este sistema, requiriendo una mayor transparencia en los municipios. Precisamente, en el momento en el que ocurrió la desaparición del alcalde estaba a punto de ser elegido Presidente del Gobierno José Canalejas, defensor de la limpieza electoral y política, de pensamiento igualmente liberal que consiguió desterrar este sistema e imponer un modelo de estado moderno. Sin embargo, Canelejas corrió un destino muy similar al de Bonifacio Montalvo, pues el 12 de noviembre de 1912 fue asesinado en la Puerta del Sol cuando miraba el escaparate de una librería.
En La Rioja, en el mismo periodo que Bonifacio Montalvo, hay otros alcaldes y candidatos de distintos municipios que también comenzaron a poner en duda el sistema. En años venideros serán muchos los pueblos que comenzarán a desconfiar del sistema ayudándole así a desaparecer, como el caso de Nájera y Baños de Río Tobía, un año después que Ribafrecha.
El caso de Bonifacio Montalvo fue seguido de forma intensa por la prensa del momento que cada día trataba de dar noticias nuevas, creando un gran noticiario titulado Crimen Misterioso, en el cual se comenzaba a dar vida a teorías, muchas de ellas con tintes novelescos que colaboraron a crear una inmerecida fama a los habitantes de Ribafrecha por un hecho que para nada se puede decir que fue aislado.
A día de hoy, Bonifacio Montalvo es el desaparecido más antiguo en La Rioja del que se tiene constancia.
Tras su desaparición, se nombró a un alcalde en funciones que se hará cargo de seguir con las labores de su predecesor.
Concluidos los interrogatorios, registros, investigaciones, teorías y ríos de tinta, el 25 de abril se dio por sobreseída la causa del Alcalde de Ribafrecha, poniendo en libertad a los trece procesados.
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