Lugar de reunión de Logroño durante décadas, la esquina del Reloj de Bergerón se convirtió en un importante punto para la ciudad de Logroño. Su ocaso lo marcó la retirada del reloj en la década de los 70.
La historia de esta manzana arranca con el derribo de las
murallas y de las Escuelas Viejas en 1861, ligados también a la apertura de la
calle Sagasta.
El edificio en el que se colocaba el famoso reloj de
Bergerón, ubicado en la esquina entre la Calle Sagasta y Bretón de los Herreros,
fue diseñado en 1877 por Francisco Luis y Tomás. El bajo fue adquirido por
Lucas Bergerón, sucesor de Manuel Bergerón, primer relojero de esta saga, para
instalar en él su taller de relojería, cuya especialidad era la fabricación de
relojes de pared, y era también el representante en Logroño del famoso relojero
Losada, autor del reloj de la Puerta del Sol. El taller de Bergerón tuvo su
primera ubicación, desde 1881, en la calle del Mercado, 98. Este relojero había
construido muchas piezas de relojería para diferentes lugares de la ciudad,
como por ejemplo, el Instituto de Segunda Enseñanza (actual Sagasta), ubicado
en el Convento del Carmen. Desde 1878 ostentó también el cargo de Relojero
Municipal de la Ciudad. Durante su carrera, diseñó para su relojería ubicada
ahora en la esquina de las calles Bretón de los Herreros y Sagasta un reloj de
fachada con doble esfera. En 1883, pidió la autorización pertinente al Ayuntamiento
para colocarlo, aunque no sabemos si finalmente lo instaló. Era un reloj de 70
centímetros con luz propia. Tenía números romanos y estaba rematado con unos
vistosos pináculos y funcionaba a cuerda, con una maquinaria mecánica
controlada desde dentro del local. Lucas Bergerón morirá el 6 de febrero de
1894. Entonces la relojería pasará a manos de su viuda, posteriormente a Tomás
Teresa García y después a Joaquín Rodríguez y Cia, que en 1902 vuelve a pedir permiso
al Ayuntamiento para colocar un reloj en la misma esquina. Según la
documentación, el reloj será colocado el 21 de junio de 1902. Desconocemos si
este reloj era aquel primero. No mucho después, la relojería pasará a ser
propiedad de Eulogio Pastor y posteriormente de Gervasio Pastor. El avance en
el crecimiento urbano, la creación de avenidas llenas de peatones, coches, bicicletas,
autobuses…, llevaron a esta esquina, a convertirse en el centro de la ciudad. Por
ello, el Reloj de Bergerón, junto a su vecino el Reloj de Ibercaja, marcaban el
fluir de la vida urbana. Los logroñeses usaban esta referencia para sus
encuentros sociales, comerciales o personales, quedando “donde el Reloj de Bergerón”. La casa se mantenía sin cambios
importantes, únicamente habían mudado los rótulos de los diferentes relojeros.
En la década de los 70, el edificio dónde se ubicaba el reloj de Bergerón está
muy deteriorado, se declara en ruina y el Ayuntamiento pide desalojar el
edificio, entonces la relojería desmonta el reloj antes de irse. Desconocemos
que ocurrió después con este histórico artilugio.
La casa también fue sufriendo los achaques del tiempo,
aunque resistió hasta, que en 2011, el Ayuntamiento lo volvió a declarar en
ruina y se procedió a su derribo y reconstrucción, ahora convertido en un
edificio de apartamentos turísticos. Se han oído voces que han pedido la
restauración del reloj devolviéndole a esta esquina su esplendor perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario