sábado, 9 de noviembre de 2024

Historia perdida en Herrerías, 20

 

Sepultada por el paso del tiempo, olvidada en las crónicas históricas y víctima de la piqueta hace más de cien años, la casa que ocupó el actual número 20 de la calle Herrerías reclama su lugar en el pasado de la ciudad al identificarla en el día de hoy en una fotografía que nos permite ilustrar y conocer un poco más su llamativa arquitectura.

Los orígenes de esta casa se remontan al siglo XV, cuando se construye la parte inferior, realizada en piedra de sillería en la que destaca su portada, de estilo gótico, con una rica ornamentación en forma de líneas curvas formando un arco lobulado, con unas decoraciones humanas en sus lados y un escudo en la clave. En el muro se colocó una ventana, de la que tampoco se descuidó la decoración. Contó con otros dos pisos de altura realizados en ladrillo, que posteriormente se habían enlucido.  En su interior, contó con un patio. Poco sabemos de sus primeros habitantes y de sus primeros pasos en la historia de la ciudad.

En el vecindario de 1772, primero de la ciudad, menciona esta casa, a la que le asigna el número 238, que queda reflejado en el azulejo con un número azul que se ubicaba en lo alto de su portada. La documentación la señala como propiedad del Convento de Madre de Dios. Añade que en ella vive Lorenzo Santos, de profesión panadero. Es posible que este convento se hiciese con la casa a través de alguna donación o herencia.

Tras la desamortización, la casa pasó a manos particulares. En los nuevos padrones, la casa recibe el número 34, numeración que mantendrá hasta su derribo. En 1900, Luis Barrón levanta un plano de esta casa, siendo propietario Julián Tuesta. En 1903, este mismo arquitecto levanta un plano de reforma integral de la fachada y colocación de un piso más y una buhardilla. De esta nueva vivienda conservamos documentación en el Expediente HA8681, del Archivo Histórico Provincial de La Rioja.  Esta documentación comienza en 1909, cuando se registra de nuevo como propietario de la casa a Julián Tuesta, que la había adquirido a Amós Castroviejo. Todos los pisos de la casa se encontraban alquilados. Además, en este documento, nos menciona que hay un horno en el primer piso. En 1914, la situación permanece similar, habiendo cambiado los inquilinos de los pisos, añadiéndose además que la casa se reedifica.

En el año 1903, Aurelio de Colmenares y Orgaz, Conde de Polentinos, fotógrafo que construyó un considerable archivo en las primeras décadas del siglo XX. Una de estas imágenes es la que de momento es la única fotografía conocida de la casa Herrerías 20 (Por entonces 34), durante la visita del rey Alfonso XIII a nuestra ciudad, entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre de 1903.



La casa en 1903, poco antes de su derribo (Aurelio Colmenares y Orgáz)


Plano de la casa, realizado por Luis Barrón (AML)


Dos vistas del lugar en la actualidad






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