Sepultada por el paso del tiempo, olvidada en las crónicas
históricas y víctima de la piqueta hace más de cien años, la casa que ocupó el
actual número 20 de la calle Herrerías reclama su lugar en el pasado de la
ciudad al identificarla en el día de hoy en una fotografía que nos permite
ilustrar y conocer un poco más su llamativa arquitectura.
Los orígenes de esta casa se remontan al siglo XV, cuando se
construye la parte inferior, realizada en piedra de sillería en la que destaca
su portada, de estilo gótico, con una rica ornamentación en forma de líneas
curvas formando un arco lobulado, con unas decoraciones humanas en sus lados y
un escudo en la clave. En el muro se colocó una ventana, de la que tampoco se
descuidó la decoración. Contó con otros dos pisos de altura realizados en
ladrillo, que posteriormente se habían enlucido. En su interior, contó con un patio. Poco
sabemos de sus primeros habitantes y de sus primeros pasos en la historia de la
ciudad.
En el vecindario de 1772, primero de la ciudad, menciona
esta casa, a la que le asigna el número 238, que queda reflejado en el azulejo
con un número azul que se ubicaba en lo alto de su portada. La documentación la
señala como propiedad del Convento de Madre de Dios. Añade que en ella vive
Lorenzo Santos, de profesión panadero. Es posible que este convento se hiciese
con la casa a través de alguna donación o herencia.
Tras la desamortización, la casa pasó a manos particulares. En
los nuevos padrones, la casa recibe el número 34, numeración que mantendrá
hasta su derribo. En 1900, Luis Barrón levanta un plano de esta casa, siendo
propietario Julián Tuesta. En 1903, este mismo arquitecto levanta un plano de
reforma integral de la fachada y colocación de un piso más y una buhardilla. De
esta nueva vivienda conservamos documentación en el Expediente HA8681, del
Archivo Histórico Provincial de La Rioja.
Esta documentación comienza en 1909, cuando se registra de nuevo como
propietario de la casa a Julián Tuesta, que la había adquirido a Amós
Castroviejo. Todos los pisos de la casa se encontraban alquilados. Además, en
este documento, nos menciona que hay un horno en el primer piso. En 1914, la
situación permanece similar, habiendo cambiado los inquilinos de los pisos,
añadiéndose además que la casa se reedifica.
En el año 1903, Aurelio de Colmenares y Orgaz, Conde de
Polentinos, fotógrafo que construyó un considerable archivo en las primeras
décadas del siglo XX. Una de estas imágenes es la que de momento es la única
fotografía conocida de la casa Herrerías 20 (Por entonces 34), durante la
visita del rey Alfonso XIII a nuestra ciudad, entre el 31 de agosto y el 2 de
septiembre de 1903.
La casa en 1903, poco antes de su derribo (Aurelio Colmenares y Orgáz)
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